Capítulo 20.
Darkness estaba en el piso.
Todo estaba sucio y olía muy mal, creo que había basura cerca, pero no podía ver bien.
Sangraba del abdomen, tenía sus lindos ojos cerrados.
Quise tocarlo, verificar que seguía con vida, pero todo se volvió negro y derrepente estaba cayendo del edificio más alto y nadie me salvaba porque Darkness seguía en el piso rodeado de sangre.
Grité tan fuerte que la garganta me dolió como el infierno.
Unas manos grandes me agarraban los hombros con mucha delicadez.
- Samanta, soy yo. Abre los ojos lentamente y concéntrate en mí.
Sin esperar a que me diera su permiso lo abrace fuerte.
Darkness se paralizó medio segundo pero luego se relajó.
Yo no quería abrir los ojos y los apretaba con fuerza.
- Samanta, tranquila, estabas teniendo una de tus pesadillas. Vamos, mírame, la luz está encendida en la habitación.
No afloje mi abrazo, pero comencé a abrir los ojos despacio tal como Darkness me lo pidió. Me acostumbre a la luz de la mesita de noche y ví que seguía en la habitación donde me encerraron. Respire profundo, intentando calmarme.
- ¿Qué hora es?
- Son las cuatro y un par de minutos de la madrugada.
Solté a Darkness y me di cuenta que iba en un pantalón gris y no llevaba camisa.
El pantalón caía de sus caderas, se marcaban sus oblicuos y una leve línea de vello rubio se escondía a medida que bajaba la mirada. Me ruborice un poco, por la vergüenza de la examinación y por ser consciente de que su cuerpo estaba trabajado por horas de actividad física, mientras que él mío solo se marcaba por el pantalón de trabajo que me quedaba apretado.
Siempre fui segura de mi cuerpo aunque no era perfecto ni se parecía al de alguna modelo, me defendía con mi metro y sesenta centímetros y los atributos físicos que heredé de mamá, pero palabras como gimnasio, ejercicio y deporte no estaban en mi vocabulario.
- Quiero agua.
Quise pararme para poner un poco de distancia pero Darkness me empujo contra el colchón.
Fue al baño y me trajo agua fresca. Se la recibí y me la tome tan rápido como el vaso tocó mis labios.
- ¿Sigues teniendo pesadillas?
Me senté en la cama, Darkness se colocó a los pies.
- Sí, varían con los escenarios pero siempre sueño con caer de ese edificio.
- Lo siento, no debí ponerte en peligro.
- No te disculpes, fui yo quien se expuso voluntariamente.
Nos quedamos callados por un par de minutos, yo miraba en todas partes evitando a Darkness Ghastly.
- ¿Cuándo podré saber quien eres?
- Creo que debes volver a dormir Samanta.
- Sam, te he dicho que prefiero que me digan Sam.
- Por la mañana llamaré a Alexandra para ver si te puede recetar algo para las pesadillas.
Darkness se levantó dispuesto a irse, pero yo no quería quedarme sola.
YOU ARE READING
Perspectiva
RomanceDarkness Ghastly piensa que todo el mundo esta perdido, incluyéndose. Rodeado de oscuridad y soledad se enfrentará a las mentiras. Un rayo de sol se filtrará en la negrura de su corazón devolviéndolo a la vida. Samanta sabe de dolor y tristeza, pero...