Capítulo 10

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Capítulo 10.

Matthew me dejó a un par de cuadras de mi edificio con la excusa de que debía ir a hacer unas compras. Le agradecí por haberme traído de vuelta a la ciudad y lo deje ir en su auto.

El clima comenzaba a traer el frío, señal inequívoca de la llegada del invierno, por lo que me estremecí a medida que caminaba por la calle y observaba la puerta gigante del edificio donde vivía.

Entré prácticamente corriendo, sintiendo el cambio de temperatura. Había un par de vecinos que iban saliendo y los salude cortésmente camino al ascensor.

Cuando entré en mi departamento sentí que el frío desapareció por completo. Vacile en irme a dormir directamente, comer algo o darme una ducha con agua caliente. Finalmente me decidí por lo último.

Mientras estaba en la bañera, creí escuchar movimientos en el departamento, pero asumí que podría deberse a los vecinos.

Una vez que termine mi ducha, me enrede en la toalla y camine descalza hasta mi habitación. Estaba pensando en cosas del trabajo cuando abrí la puerta.

Grité tan fuerte que estaba segura que alguien debió oír el grito de susto.

Una alta y musculosa figura masculina se encontraba apoyada en la ventana fumando un cigarrillo. Su mirada se oscureció cuando volteó a mirarme. No tenía miedo de él, era consciente de que no me haría daño. Pero se notaba ligeramente enfadado. No dijo nada solo apagó el cigarro y lo lanzó a la calle. No sabía qué decir tampoco, solo podía contemplarlo.

Cerró la ventana con más fuerza de la necesaria y esta hizo un sonido extraño.

Se quedó ahí, de brazos cruzados mirándome.

Entré en mi habitación y encendí la luz, se veía menos amenazador.

Él rompió el silencio.

      - ¿Por qué fuiste a comer con él?

Su pregunta me confundió porque no capté de inmediato a qué se refería. El tono de voz que usó me confirmó que ligero no era la cantidad exacta de enfadado que se encontraba, sino que furioso, más bien.

      - ¿De qué estás hablando?

      - De la maravillosa cena romántica de la que vienes llegando.

Se refería a la cena de disculpas de Alexander, pero no comprendía del todo su enojo.

        - Fue una cena para disculparse por las rosas que envió.

        - Las que casi te matan.

        - ¿Por qué estás tan enojado? Porque si alguien aquí debería estarlo, esa soy yo. Hace dos semanas que no sé nada de tí, más de lo que los noticieros informan. No has venido por las noches y ¿esperas que me aguante tus rabietas?, púes estás equivocado. Tampoco debo explicaciones respecto a las personas que visitó. Comienza a comportarte porque yo no soy una niña a la que debas reprender.

Explote. Llevaba conteniendo lo que sentía durante dos semanas, al no tener noticias suyas. Además Darkness no tenía derecho a tratarme de esa forma, porque yo sabía lo que hacía.

Él endureció su quijada reprimiendo los gritos que deseaba soltar.

       - No quiero que vuelvas a salir con él.

       - ¿Me estás prohibiendo ver a alguien?

       - Lo hago por tu bien.

       - ¡Vete! Esto es el colmo. Tú no tienes derecho a decirme que es lo que debo hacer.

PerspectivaWhere stories live. Discover now