Capítulo 24

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Capítulo 24.

Por la mañana me sorprendió ver la cama vacía a mi lado.

Estiré mi brazo hacía la almohada de Matt, esperando que apareciera de la nada, como siempre lo hacía.

Me levanté con ganas de ir a desayunar, pero tenía dudas de donde ir.

Estaba en una pelea mental cuando la puerta se abrió y apareció la Señora Margaret, me miró, pestañeó dos veces y giró la cabeza como si estuviera viendo un fantasma.

    -¿Qué haces aquí Sam? ¡No deberías estar en este lugar!

La Señora Margaret entró rápido y dejó su canasto con cosas de limpieza para agarrarme del brazo.

    -Ya lo sé todo.

Me miró como si tuviera un ojo adicional, ladeo un poco la cabeza y cuando lo entendió se sentó en la cama.

   -¿No estás enojada con Matthew?

Solté una pequeña risa, supongo que era normal que todos pensaran que mi primera reacción sería el enojo, por el solo hecho de mantener las cosas ocultas de mí, pero esperaba que Darkness algún día me dijera la verdad y sabía que reaccionaría de forma tranquila como la adulta que soy. No podía ponerme a llorar como si tuviera 5 años y me revelaran que Papá Noel era un mito.

    -No, en lo absoluto. No digo que no esté sorprendida, pero no puedo enojarme, sé que lo hizo por protegerme.

    - Entonces te contaron todo, ¿no

    - Si se refiere a quienes son sus hijos, sí...

Margaret se tocó el cabello y se levantó, pensé que diría algo más, pero solo recogió su canasto y salió de la habitación. Se giró un momento.

   - ¿Quieres desayunar?

—--------

Mire la cocina blanca de Matthew, era el color que más resaltaba de todos los demás. Estaba todo en su sitio y había cierto brillo de limpieza, lo que me hizo pensar en Emma y sus desastres después de cocinar. Extrañaba tanto sus galletas.

Comí en silencio sin esperar a nadie, solo me dijeron que Matthew tuvo que salir a trabajar porque se presentó un imprevisto y que si deseaba podía recorrer la casa sin salir al patio.

Así que una vez que termine, eso hice.

Pensé que la casa era mucho más grande, pero solo tiene un salón principal, una habitación donde hay un televisor, la cocina y varias habitaciones. La piscina estaba conectada con mi lugar.

Volví ahí para acostarme un rato en mi cama, tenía frío y quería abrigarme.

La tarde la pase en completa soledad y ordenando algunas cosas.

Tenía miedo de que Alexander, volviera a la casa y que Matt no estuviera. No podría enfrentarme cuerpo a cuerpo contra él, por mucho me superaba. Aunque podía romperle algún jarrón de la cocina en la cabeza si es que lo intentaba.

Me acomode en el sofá, cuando sentí a alguien tocarme el hombro. Solté un pequeño grito y me giré.

Matt se puso a reír.

   - ¡¿Por qué entras en absoluto silencio?!

Vestía una camisa de algodón de mangas cortas, dejándome ver su tatuajes y un jeans claro, le quedaba maravilloso.

 -  Siempre te asustas con tanta facilidad.

Lo mire enojada por medio segundo hasta que me sonrió.

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