Capítulo 23

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Capítulo 23

A medida que los días pasaban, en los noticieros mi nombre y mi cara aparecían cada vez menos, ya la búsqueda era por mi cuerpo, eso era lo que informaron hace dos días. Emma ya no era entrevistada y las cámaras afuera de la casa de tía Elainne eran bastante pocas a diferencia de cuando desaparecí esa mañana.

Emma era quien más me preocupaba, pero Darkness dijo que la mantenía vigilada y podía asegurarme que a pesar de la desesperación, la rabia y el miedo, ahora estaba más tranquila.

En cambio con él, todo iba bien, dormiamos un par de veces juntos y teníamos sexo durante las noches, en el día venía a cenar o almorzar y se quedaba un rato junto a mi en el sofa.

Darkness y yo conversamos sobre muchas cosas, sobre todo de sus aventuras. Me contó que había viajado a París, Londres, Estambul y Praga en Europa pero que amaba mucho más en continente africano sobre todo Kenia y Sierra Leona. Averigue que ama los fideos con salsa, la pizza y el sushi original. Que habla francés fluido y le encantaría aprender otros idiomas. También tiene 28 años y no terminó la escuela. Su primer trabajo fue en una pizzería donde aprendió muchas cosas que le sirvieron hasta el día de hoy.

Me encantaba pasar las tardes con él y conversar sobre todo tipo de experiencias que ambos teníamos.

Analizaba lo diferentes que fueron nuestras vidas y lo parecidas al mismo tiempo, sentada mirando 911, iba en la parte donde ese fierro atravesaba la cabeza del bombero coreano. Estaba entretenida y sin darme cuenta ya era bastante tarde.

Apague la televisión y me fui a la cama, mientras pensaba que olvidé lavar el bowl con las palomitas que hice en la tarde.

Darkness no vino hoy y anoche dijo algo respecto de estar muy ocupado con su trabajo y que debía asistir a varias reuniones. Podía llegar a mitad de noche pero no tenía esperanzas de que eso ocurriera.

Con la cabeza sobre la almohada me quedé dormida pensando en él.

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Gire en la cama buscando un lado más cómodo, cuando algo me hizo abrir los ojos.

Delante de mí, la luz cegadora de la puerta secreta me encandilaba. Sabía que no tenía que estar abierta, entonces me senté apoyando la espalda en el respaldo. Tal vez Darkness entró y estaba en el baño, así que me levanté y lo busqué en el dormitorio pero todo estaba en orden y no había nadie por ninguna parte.

El bowl con palomitas todavía estaba sobre el mesón de la cocina, el control de la televisión sobre la mesita de centro y mis pantuflas en el rincón de mi cama. Encendí la lámpara y todo seguía tal cual, antes de que me fuera a dormir hace dos horas. Pero la puerta seguía abierta.

Pensé que tal vez, se había averiado, pero al acercarme noté una gran piedra que no permitía el cierre.

Mire por lo que debaja ver la puerta semicerrada y era un largo pasillo con más puertas, pero del tipo normales. En cambio la que daba a mi habitación parecía más una parte del muro. Al final del pasillo se veía una sala.

Sabía que no estaba bien salir, sin embargo lo hice. Abrí lo más que pude la puerta y con mis pies descalzos me deslicé fuera de la habitación.

El pasillo estaba iluminado con luces en el techo y cada par de metros era decorado por un cuadro raro y extravagante.

Me detuve al inicio, ante mí se extendía una sala amplia y más allá una escalera. Sabía que estaba en piso inferior porque por las ventanas se apreciaba el patio. Mire detrás de mí y cerca de donde había salido se extendía un gran ventanal.

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