Perspectiva

Capítulo 22

Capítulo 22.

Gire en la cama cuando la luz de la mañana se filtró por las cortinas, encontrándome con un cuerpo al descubierto. Sabía que era Darkness porque noté sus tatuajes. Deslice la palma de la mano por su abdomen. Su cuerpo emanaba calor, respiraba pausado, por lo que seguía dormido.

Estaba feliz y satisfecha. Una sonrisa se coló en mi rostro. Me dolían un poco las piernas pero nada borrará los recuerdos calientes y apasionados de la noche anterior.

Seguí pensando en Darkness desnudo y sudoroso sobre mí, cuando note en la mesita de noche la máscara de él. Eso significaba que anoche se la quito para dormir y que debió haberse ido hace un par de horas o antes que yo despertara. Entonces, comprendí que si miraba hacía arriba sabría la identidad de Darkness Ghastly. Podría quitar la duda que me atormentó durante meses con solo levantar la vista.

Pensé en eso un rato, abrazada a él.

Sin embargo, me giré, volviendo a mi posesión anterior. Era lo más sensato por ahora. Ya que si tenía que conocer su identidad sería cuando él quisiera y no de esta forma. No arruinaría este momento.

    - Darkness... despierta.

No recibí respuesta alguna, así que levanté mi pierna y empuje suavemente con ella el cuerpo de Darkness.

    - ¡Darkness!!!

Sentí que se removió incómodo al intentar moverlo.

   - ¡Hey! No sé qué hora es, pero ya es de día. Levántate.

En ese preciso instante sonó un teléfono. Era ligera la vibración que emitía y desee ver qué era. Se apagó de pronto.

    - Dime que no te has girado, Samanta.

   - Buenos días, primero que nada. Segundo, sí me gire mientras dormía, pero cuando noté tu máscara en la mesita de noche volví a la posición donde me ves.

La cama se movió ligeramente por el peso de Darkness.

    - ¿No sientes curiosidad por saber quien soy?

   - ¿Conoces el dicho, la curiosidad mató al gato?

   - Eres inteligente, Samanta. Puedes darte la vuelta. Ya la coloqué en su lugar.

Me senté apoyando mi espalda en el respaldo de la cama.

Darkness tenía puestos sus pantalones y la máscara. Tenía el cabello enmarañado y se estaba colocando la camisa que se quitó la noche anterior.

Sonaba algo, supongo que tu teléfono.

    - Sí, es tarde. Bastante. Tengo reuniones de trabajo. Suena porque quieren saber donde mierda me metí y por qué no he llegado a tiempo.

   - Suena como si tuvieras un trabajo muy importante.

   - Lo es, aunque no creas asustar a la mitad de esta ciudad no es un trabajo a tiempo completo, necesito comer y mantenerme.

Se agarró el cabello intentando acomodarlo, parecía una tarea difícil de lograr.

   - Pues vete ya. Al parecer hay bastante personas que te necesitan.

   - Nos vemos esta noche.

Salió por la puerta secreta de mi habitación casi corriendo. Lo entendí cuando miré la hora en el reloj al lado de la cama, eran más de las once de la mañana.

Durante la tarde, vino la Señora Margaret a ver si necesitaba alguna cosa.

Se sentó a mi lado a mirar televisión.