Capítulo 31

1.1K 95 30
                                    


Capítulo 31

No era un hecho que María quedaría embarazada, pero existía la posibilidad...

Y ese era un paso bastante importante que ella había pensado detenidamente. Y la verdad es que a él le parecía bien...

Pero aún tenían que hablarlo entre ellos.

E: ¿estás segura...?

M: sí...

E: sabes que me ilusiona mucho un hijo nuestro... Pero si no se diera, estaríamos bien, ¿no?

M: estaríamos muy bien... Confío en que serás primero un esposo maravilloso y si Dios nos bendice con hijos, serás un padre fabuloso...

Volvieron a besarse... Quizás con menos pasión, pero sí con más amor y hasta ternura...

M: confío mucho en ti, Esteban... Me siento segura contigo....

E: eso me da mucho gusto... (Volviendo a recostarla entre besos)

Esa noche le soltaría una confesión a su esposa...

E: jamás lo he hecho sin protección...

Maniático, precavido, desconfiado... Dependía del criterio de cada chica con la que estuvo en el pasado...

Pero todo eso había sido derrumbado por la hermosa mujer que lo había cautivado, conquistado, enamorado, vuelto loco... Su mujer...

E: Eres la única mujer con la que se me ha pasado por la mente tener hijos... Y me encantaría tenerlos contigo...

María adoraba la mirada de Esteban, verde, intensa, enamorada también... Sobre todo eso cuando la sentía sobre ella...

Y después de besarla algunos minutos en la boca, fue bajando su cabeza...

La dejó sin respiración al sentir una mano paseando por sus senos... Primero en uno y luego en otro... En cada pezón... Que empezaban a endurecerse con el toque de sus dedos...

Sus manos y su boca fueron lo que volvieron a encender a María...

Cerró su boca sobre uno de sus rígidos pezones... Ella le acariciaba el cabello...

Mientras que Esteban y su mano libre hurgaba entre la delicada piel entre las piernas de su esposa...

Perfectamente húmeda...

Lista para recibirlo...

Deseaba fundirse con ella de un solo envite, pero ya tendrían más noches, tardes o mañanas para hacerlo de forma explosiva...

Esa noche la saborearía... Con paciencia, delicadeza...

E: eres el amor de mi vida, María...

M: tú el mío, Esteban... Te amo...

Escuchándola repetir esas palabras fue que Esteban la invadió... Se deslizó tranquilamente por su entrada íntima... Sin ningún tipo de material que los separara...

E: mírame, mi amor... Quiero que me mires...

Y María no sabía si sería capaz de no cerrar los ojos mientras que su marido la embestía...

Fue introduciéndose, más y más en la mujer que era suya para la eternidad...

Claro que ella pudo sostenerla la mirada durante toda la intromisión... Lo sintió por completo dentro de su ser... Tal cual se había metido en su corazón, en su alma...

M: Esteban... (Sonó como lo que era, un jadeo)

Su palpitante virilidad comenzó a entrar y salir... En un ritmo sensual, pero constante... Que ambos disfrutaban...

MI DECISION... El Origen...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora