Capitulo 54. Y si te vas... Quiero ir contigo.

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Después de que Fletcher recibió la desastrosa noticia, se volvió loco.

La adrenalina llegó a su cuerpo de golpe y lo hizo volverse irracional.

Encendió el auto y aceleró, dejando a todos abandonados y desconcertados. Nadie tuvo tiempo de reaccionar, simplemente vieron el auto del alfa alejarse a toda velocidad y perderse entre la oscuridad del camino.

Dentro de esa oscuridad penumbral, lo único que resalta con fuerza; Es la luna roja, que produce un brillo en rojo carmín y pareciera que todo el lugar se mancha de luz de sangre. Es como en una película de terror.

—Ha... Haa —Ante la reciente taquicardia que estremece su cuerpo, Fletcher jadea. Su corazón late como loco y golpea el interior de su pecho una y otra vez produciendo un poderoso sonido de tambor que resuena dentro de su cabeza.

Sus manos coloradas por la sangre seca se pegan al volante del auto y tiemblan ante la idea de ver a su pareja lastimada, está ansioso y cada segundo que pasa, sus pies desnudos pisan el acelerador importándole poco la velocidad a la que va, incluso si ir a 120 kilómetros por hora puede producir un choque y costarle la vida, no le importa.

Nada en este mundo importa más que Alex. Alex y su pequeño hijo son su mundo entero.

—Rápido, rápido, rápido... Rápido —Murmura y estalla en súplicas que no van dirigidas hacia nadie en particular. Solo busca canalizar su estrés y su ansiedad. Incluso si está a unos minutos de la mansión Raxton siente que aquel tramo, de apenas unos cuántos kilómetros, es una eternidad.

Mira a través del espejo retrovisor y puede ver claramente como los convoys con su equipo le siguen a unos cuántos cientos de metros de distancia. Buscan llegar primero que su alfa para empezar a despejar el perímetro.

Saben que su alfa está alterado. Irracional, incluso ellos que han sido padres y esposos, saben bien cuál es la angustia de pensar en jamás volver a ver a la persona que amas. Es un sentimiento que te carcome desde adentro y le hace sentir pequeño.

El miedo y la manera en la que se llega a sobre pensar en esas situaciones es igual a pelear contra un enorme animal furioso que no ha probado bocado alguno en semanas. Simplemente, te destroza y te engulle.

El auto acelera cada vez más y más con cada segundo que pasa, Andrey se altera también; Solo puede ver a la distancia como las luces traseras del auto se vuelven pequeñas a medida que se aleja. Fletcher realmente perdió los estribos y su auto amenaza con chocar y producir un accidente.

Él, como encargado de la seguridad del alfa y la manada, simplemente no sabe qué hacer.

Tocan el claxon y buscan hacer que Fletcher se detenga. No puede simplemente llegar a toda velocidad desde la oscuridad en dirección a la mansión Raxton, lo pueden ver como un enemigo, hasta incluso como un ataque terrorista.

Si los Raxton se encuentran en la mansión, lo más probable es que la seguridad ya esté allí, ellos podrían simplemente disparar contra el auto de Fletcher y decir que fue en defensa propia.

¡No sé pueden permitir perder a su alfa!

—¡Por un puto carajo, Fletcher detente! —Exclama Erick, incluso si sabe que su amigo no lo escuchará. Frustrado, golpea el tablero del auto con el puño con la suficiente fuerza como para quebrar el tablero —¡Acelera, debemos alcanzarlo rápido!.

Y el hombre que conduce pisa el acelerador.

Andrey, por su parte, hace lo mismo mientras maneja y toca el claxon una y otra vez de manera escandalosa, tratando de llamar la atención de Fletcher.

¡No Me Lastimes!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora