Capitulo 18. Está destinado a quedarse en las manos de un monstruo.

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Narradora

Hay un olor a desinfectante de hospital, y una sensación terriblemente helada que le recorre el cuerpo a Max. En ocasiones, en la profundidad de su inconsciencia, se retrae como una mimosa y tiembla con violencia al sentir heladas ráfagas de viento. Está cansado, detesta la sensación fría, pero no quiere despertar de su sueño, se siente extrañamente tranquilo, como si en la profundidad de su inconsciencia no fuese a ser lastimado jamás... 

—Oye... —Una voz gentil lo llama. Aquella voz es tan gentil, que le causa mucha tranquilidad, no quiere despertar, quiere permanecer dormido mientras escucha la dulce voz de la persona que le llama —Tienes que despertar —Murmura y la persona lo sacude con gentileza. 

—Ngk... —Se queja cuál niño pequeño y se abraza así mismo para seguir durmiendo, es como si hubiese regresado 10 años al pasado. Adoraba ser despertado por las mañanas por su madre para ir a almorzar. 

—Necesito que despiertes cariño —Dice la persona y está vez Max se rinde, y perezoso, abre los ojos —Eso es... —Dice la persona —Tienes que comer un poco, ya es tarde —La oscuridad de la noche se distingue a través de las ventanas de la habitación y se puede ver una gran luna llena. 

Es gigante y se puede ver claramente la silueta de un conejo gravado en la luna. Max pocas veces lo ha visto, en la manada Nyx siempre está nublado y se le hace imposible verlo. Y simplemente no puede evitar quedar maravillado. 

—¿Dónde estoy? —Pregunta con total tranquilidad, más bien, como si lo ya no le importa mucho lo que le pasará. 

El brillo poco a poco se desvanece. 

La sonrisa es opacada por un labio roto.

 Y las mejillas rosadas han sido presionadas contra el colchón con tanta fuerza que fueron raspadas y lastimadas.

—Estas en un hospital —Dice la persona de la voz gentil. Max mira a la persona, y puede notar a simple vista una belleza inigualable. Un Omega hombre de cabello y ojos azabache le mira con preocupación, y luego dice —Necesito que me digas si te duele en algún lado —El Omega le sostiene la mano y Max pega un pequeño brincó y cierra los ojos con fuerza mientras trata de esconder su disgusto por el reciente contacto. No se siente disgustado por el Omega, es simplemente que tiene tanto asco en este momento que no tolera ser tocado —Lo siento 

Cuando el Omega se da cuenta de esto, deja de tocar a Max y le da su espacio, sabe muy bien la impotencia y el miedo que siente Max después de haber sido abusado, no es fácil de asimilar. 

—Estoy bien —Miente. Está avergonzado, le avergüenza mucho admitir haber Sido violado, le hace sentir débil, y teme que el Omega dulce frente a él, le mire con asco —¿Puede darme algo para el dolor? —No quiere confesar algo desagradable, y aun que el dolor en su interior lo está matando prefiere guardar silencio. 

—¿Estás seguro de que no te duele nada? —Max asiente y aparta la mirada. 

Él lo sabe, sabe bien en qué estado llegó Max, él lo limpio y baño, sabe perfectamente lo que está sintiendo Max. Pero Max parece estar tranquilo, no quiere perturbarlo o hacerlo sentir incómodo, ya habrá tiempo de hacer las preguntas difíciles, por ahora quiere aliviar el mal físico que molesta a Max—Muy bien cariño —El Omega saca una cajita con medicinas y le da dos pastillas —Esto calmara el dolor, ahora mismo te daré agua. 

—De acuerdo... —El Omega le da una botellita con agua y se sienta en una silla por un lado. Hay una atmósfera un poco pesada, así que busca un tema de conversación —Me llamo Kin 

—Me llamo Max 

—"Max" —Murmura Kin y se queda pensando unos segundos —Es un muy bonito nombre —El castaño no puede evitar sentirse tranquilo al ver a Kin sonreír, es como si el simple hecho de curvear sus labios fuese capas de opacar hasta el más hermoso campo de rosas en verano. 

¡No Me Lastimes!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora