Capitulo 65. Azur Volkova.

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Con un rostro arrugado por arrepentimiento y el corazón adolorido, el de ojos miel y mirada perdida, se mantiene sentado justo por un lado de su pareja, le acaricia ligeramente el rostro con los dedos y observa con detenimiento, lo que la reciente pelea provoco:

Tiene heridas en su rostro, rasguños un poco profundos en la sien, una terrible mordida en el cuello que ha sido suturada y vendada. De igual manera, se le hizo una cirugía de emergencia debido a que la herida en su estómago se había abierto. Fletcher había quedado en un estado terrible.

Un estado en el que ni siquiera se puede levantar y deberá estar medicado la mayor parte del día. Nada bueno salió de haber mentido, y Max siente que no puede con la culpa.

Observa la sangre seca en la venda sobre el cuello y sus ojos nuevamente se llenan de lágrimas. Cada vez que mira ese lugar cubierto de grueso vendaje, su pecho se infla de dolor y le provoca llanto...

—Perdóname... —Chillo arrodillado en el suelo justo por un lado de la cama y siguió acariciando ligeramente sus mejillas —Es mi culpa, que estés así es mi culpa... Perdón.

Cerro los ojos con fuerza y sintió un poco de dolor en su brazo vendado. La mordida de Decker aún yace fresca y el dolor se iba solo cuando había medicamento en su cuerpo.

—Quedarme aquí no es algo que haya decidido por gusto —Murmuro —Debo proteger aquello que es importante para mí... ¿Podrías entenderlo?.

El alfa al cual le habla con tanto sentimiento, yace inconsciente, drogado y aturdido por fármacos. No escucha nada de lo que Max está tratando de decirle.

—Deseo quedarme a tu lado, pero no encuentro una forma de hacerlo... Saldrás inevitablemente herido.

Luego, aquello que retiene en su boca aprisionándolo, por un instante busca salir.

—Tengo que decirte algo, pero no sé puedas perdonarme... —Guardó silencio y temiendo que pueda ser el único momento en el cual pueda decirlo, comienza a confesar; — Nuestro-

[Toc, toc, toc]

El ligero toque en la puerta de madera provoco que la única persona despierta dentro de la habitación, brincara del susto.

Reacciono, sus manos temblaron de alguna manera y se dio una bofetada mental, alguien pudo haber escuchado y todo se habría arruinado. Nadie puede saberlo, no aún...

—¿Quién es? —Murmuro un poco nervioso levantándose del suelo con algo de dolor en el cuerpo. Luego, la puerta se abrió y el familiar rostro de Erick se hizo presente.

—Alex, alguien quiere hablar contigo. —Dijo un poco nervioso entrando a la habitación, cerrando la puerta justo detrás de él. Luego, guardo silencio unos segundos buscando en su mente la manera de decir aquello...

Luego, cuando tardo mucho, suspiro y, finalmente, lo soltó:

—La luna de la manada central quiere verte.

En cuanto aquello fue dicho, Max abrió los ojos de para en par y sintió sus piernas flanquear. ¿Por qué estaría la luna de central allí? No encuentra ninguna explicación razonable, incluso si trata de encontrar alguna explicación, no puede.

Se hundió en sus pensamientos agitados y su mente se nubló, no supo que decir o hacer, simplemente se quedó parado, estático, inerte...

—¿Alex...? —Lo llamo Erick viendo cómo Max no reaccionaba —¿Debería decirle que te encuentras indispuesto?

Max levantó la mirada y simplemente negó ligeramente.

—Déjale pasar...

Murmuró nervioso.

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