Capitulo 75. Aquello que había conservado con tanto esmero, se ha desvanecido.

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El dolor fue inevitable, fue instantáneo. Los músculos se tensaron ante la fuerte mordida, no pasó mucho para que la sangre escurriera desde la piel rota y herida. ¡Se escurrió como un río carmesí por todo el cuello y ensucio todo a su paso!.

El olor a sangre explotó en las fosas nasales de todos en la habitación y la persona herida apretó sus dientes reprimiendo el dolor en su garganta. Las quejas no salieron de su boca. Solo sangre de sus carnosos labios al romperse entre sus dientes tratando de sellar las quejas dentro de su boca haciendo resonar su cabeza en gruñidos nasales.

El lamento es como una bestia enjaulada dentro de una boca llena de sangre oscura y caliente que trata de salir mientras se vuelve débil hasta el punto de la extinción.

Y ante la reciente situación, Max quedo perplejo, estático, frente a sus ojos lo que había sucedido era irreal.

Fletcher había intentado morderlo...

Pero no lo logro.

—¡Mierda! —Exclamo el de cabello azabache aplicando más fuerza sobre sus propios labios, resistiendo la dureza de la feroz mordida de Fletcher sobre su brazo. Su mandíbula se cerró y no quería abrirse nuevamente para soltar la carne lastimada del alfa. —Bastardo, duele. —Gruño irritado mientras las venas en su cuello se saltaban. Ser mordido por un bastardo es un insulto grave hacia su ego.

Harto de ser mordido, agitó nuevamente el brazo tratando de aflojar el agarre, pero realmente es imposible hacerlo sin sentir un dolor terrible. Está seguro que la mordida ha llegado casi al grado de chocar contra su hueso, duele como la mierda y poco a poco siente que su brazo se acalambra. Si Max hubiese recibido la mordida, muy seguramente habría muerto desangrando.

Así que sabiendo que Fletcher no aflojaría la mordida, llevo su mano izquierda hasta el cuello del rubio y luego, con toda la fuerza que tenía, se lanzó hacia atrás mientras sostenía al alfa con fuerza, haciendo todo lo posible por inmovilizarlo.

[¡Bam!]

Ambos cayeron al suelo con una fuerza abrumadora, siendo Decker quien recibió el impacto directo al caer sobre sus propias heridas recién suturadas.

La piel, con el impacto, se lastimó y se abrió, las heridas se rompieron nuevamente y la sangre no tardó en aparecer.

—¡Carajo! —Gruño frustrado. —¡Joder, esto es una verdadera mierda!. ¡Hijo de perra, reacciona! —Cansado de recibir las heridas más dolorosas, grito exaltado. Está rojo. ¡Rojo de la furia!.

¿Se supone que este es al maravilloso alfa del que tanto presume Max? ¿Qué hay de diferencia en lo que Decker hizo a lo que estaba dispuesto a hacer Fletcher?. Sucumbir a las feromonas de esa manera lo vuelve lo mismo.

Un alfa incapaz de resistirse a las feromonas. ¿Qué tienen las feromonas de Max que los alborotan de ese modo? ¿Por qué son tan fuertes que les hacen perder el control? ¡¿Qué está pasando?!.

Incluso si trata de encontrar una razón válida o alguna respuesta congruente, simple, ya no importa. No es como que eso solucione algo. Igualmente, Max se irá, igualmente capullo de florecilla, está muerto, igualmente sigue siendo la misma mierda de persona ante Max.

Lo que pase con él ya realmente no importa mucho si al único que trataba de convencer, era a Max.

Todo se ha perdido.

—¡Deja de moverte! —Grito frustrado aumentando la fuerza en su brazo izquierdo, tratando de derribarlo por falta de aire, creyó que quizá así le soltaría el brazo para tratar de tomar bocanadas de aire —¡Reacciona bastardo, reacciona!

Pero Fletcher aún no está del todo dispuesto a cooperar. La feromona aún lo afecta demasiado al punto en el que no es capaz de controlar bien sus acciones.

¡No Me Lastimes!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora