Capítulo 10

20 1 2
                                    

Julian Parker

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Julian Parker

—Estoy ocupado, no me molesten —alzo la voz para que se escuche hasta afuera de mi oficina.

Estoy moviendo papeles de aquí para allá, tengo mapas de Aridum, tanto del reino entero como de cada una de las ciudades, tirados por el suelo con fichas sobre estos, ya que se me ha informado que hubo una revuelta entre humanos y hechiceros en Alantia, cerca de la frontera con Cerenia y que esta aún no cesa, así que estoy planeando mover la guardia civil a calmar el asunto

A pesar de haber dicho que no interrumpieran, la puerta se abre con un fuerte estruendo y siento a la persona acercase hacia mí.

Cierro los ojos intentando controlar la rabia en mi interior. Cuando me estreso prefiero mantenerme alejado porque tiendo a reaccionar de muy mala manera a todo, y como siempre me estreso debido al trabajo, siempre pido que no me interrumpan.

—¿Qué mierda no entendiste de que estoy ocupado? —alzo la voz con fuerza, me giro para ver a la persona e inmediatamente toda mi rabia se enfría al ver a Cassiel con una expresión de miedo por mi tono—. Lo siento, corazón, no sabía que eras tú —mi tono se tornó dulce de manera automática—. ¿Todo bien?

—Eso debería preguntártelo yo a ti, mi vida —contesta con voz calmada, sabe cómo tiene que hablarme cuando mis emociones comienzan a alterarse de esa forma, porque tienden a cambiar de manera repentina y extrema—. ¿Estás bien?

Paso ambas manos por mi rostro, tratando de mantenerme sereno, seguido de ello niego con la cabeza, no vale la pena mentirle a él. Cass me conoce demasiado y sabe cómo me pongo cuando me estreso.

—¿Es por lo de la revuelta? —cuestiona cuidadosamente.

—En parte —respondí con simpleza—. Ven, acércate, necesito un abrazo.

Ante mi petición, el que será mi esposo en dos semanas, si es que la reina despierta, se acerca hasta mí, rodea sus brazos por alrededor de mis hombros y se acerca a dejar un dulce beso en mis labios antes de colocar su cabeza contra mi pecho, abrazándome.

No lo veía desde esta mañana cuando entrenamos y ya casi es media noche. Ni siquiera fui a la cena. Después de que Austin y yo volvimos de la plaza, me encerré en mi oficina a trabajar en la recolección de impuestos. Usualmente me encargo de organizar eso, y lo estaba haciendo hasta hace media hora que fue cuando me informaron acerca de la revuelta.

—¿Quieres que haga algo por ti? —cuestiona el príncipe con ternura, aún en mis brazos.

Respiré profundamente. Carajo, no tenía planeado que esto pasara ahora, pero...

—Sí —dije en voz baja y asintiendo con la cabeza.

—¿Qué necesitas, amor? —cuestiona Cassiel, separándose un poco para verme.

—A ti, sin ropa sobre el escritorio —le respondí, con la voz grave por las repentinas ganas que me dieron.

Cass no dice una sola palabra, se separa de mí y mientras se dirige hacia allí, va deshaciéndose de algunas de sus prendas. Cuando está junto al escritorio, quita todo lo que hay y lo pone en un cajón. Se sube a la superficie y me mira expectante.

La Unión {Elementales III}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora