Capítulo 15

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Claire Grace

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Claire Grace

Me quedo sin aire.

Mi corazón palpita con fuerza.

Mis piernas arden por el esfuerzo.

Mi respiración es un maldito asco.

Mis gemidos por la fatiga salen de mi boca sin parar.

—¡Por favor, déjame ya en paz! —grito al aire mientras corro lo más rápido que mi cuerpo lo permite.

La desesperación me inunda.

No puedo dejar que me alcance, necesito llegar a ese jodido puente, necesito cruzar. Lo he intentado algunas veinte veces en lo que va de mañana, pero siempre me atrapa antes de llegar al precipicio.

Ya era momento de salir de este lugar, es seguro hacerlo ya que tengo la solución perfecta para poder librarme de este problema.

Tengo hambre, tengo sueño y quiero darme un baño de sales para deshacerme de toda esta mala vibra. Incluso si cierro los ojos y me quedo dormida, no descanso o si me atraganto de bayas, si me empapo en el arroyo que está por aquí cerca, me siento igual que antes de hacerlo, pues a fin de cuenta, mi cuerpo físico no ha comido, realmente no está durmiendo, tampoco ha tocado ni una gota de agua.

De este lado de la realidad, mi vestido está roto por las incontables veces que me he caído, o que la tela se ha enganchado entre las ramas. No quisiera sonar soberbia, pero realmente no dejaría mis comodidades en el castillo por nada, toda mi vida creí que era una chica rica, pero a parte de eso terminé siendo reina y para ser sincera, daría todo por no seguirme sintiendo de esta manera.

Es por como me siento ahora que trabajo cada día para hacer lo posible de que mi pueblo tenga oportunidades de salir adelante y crecer en riquezas de muchas variedades.

El pueblo... sé que está bien, sé que Julian debe estarse encargando de dirigir en mi ausencia. Austin seguramente se la pasa día y noche tratando de sacarme de aquí. Cassiel debe estar consumido en angustia aunque diga que no, aunque les haga creer a los demás que está tranquilo. Bri debe estar cuidando a Eliah sin tomar descanso alguno, algo que voy a recompensarle grandemente. Mi hijo... por los dioses, mi bebé es lo que más me preocupa.

Cuánto extraño despertar en las mañanas y ver su carita tierna, extraño escuchar su dulce voz, ver su hermosa sonrisa... oh, por Ignis, Eliah me hace tanta falta.

—Ya estoy harta —me detengo en medio del bosque que ya aprendí de tantas veces que lo he recorrido durante mi estancia en este plano—. Escucha, sé que eres pura magia oscura, pero no está demás contártelo —alzo mi voz todo lo que puedo, necesito que me escuche—. Te echaría todo el cuento de mi vida, te diría lo mucho que he sufrido, pero tu propósito es acabar conmigo así que seguro que ni te importa —tomo una gran bocanada de aire, intentando controlar mi respiración que se encuentra aún acelerada por haber estado corriendo—, pero te diré lo único que me motiva a seguir luchando.

La Unión {Elementales III}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora