CAPÍTULO 3

292 9 0
                                    

Dereck.

La tentación.

Tres días después.

Sé lo que causo en ella me lo acaba de demostrar, sus ansias al tenerme cerca, la forma en que miraba mis labios y como quiso besarme, moría por hacerlo pero le tengo demasiadas ganas y se que con un simple beso me descontrolaria y no puedo perder la compostura, debo comportarme para que todo me salga como quiero y no tener errores, fallar no es una opción, así que debo tener autocontrol. Aunque se que con ella la tendré un poco más difícil, se nota que no es de las que se enrieda con cualquiera, pero solo es cuestión de tiempo, a mi no me dirá que no.

—Dereck Davis— me extiende su mano y la tomo en forma de saludo— Que gusto volver a verte después de un año.

—Digo lo mismo señor ministro— sonríe.

Conozco a Adrián desde hace tres años, me acerqué a él cuando empecé a seguir órdenes de mi padre, en realidad me agrada demasiado, al principio parece arrogante pero con tiempo te vas dando cuenta que no lo es, se convirtió en buen amigo mío y a pesar de la diferencia de edad nos llevamos más que bien, y nos entendemos en muchas cosas, desde el principio me advirtió que tenía una hija pero que si algún día llegaba a conocerla me mantuviera alejado de ella, primero porque tenía novio y segundo porque sabe como soy no quiere que su hija pase por una "decepción amorosa" como si a mi me importaran esas cosas, solo tengo un objetivo desde hace tres años y lo voy a cumplir.

—¿Como has estado en estos meses?

—Bien, supongo— me siento frente a él— Vine cuando me llegó tu carta de traslado a la central de Londres.

—Te necesito aquí, sabes que tenemos una misión pendiente desde hace mucho— asiento— Te necesito para ello, trabajarás con mi hija.

—Olvidé su nombre— miento.

—Amelia, dentro de poco cumplirá los 21 años, ya no es una niña pero sabes que con personas como Regginal Reyson no me puedo confiar y necesito alguien de mi confianza que trabaje con ella.

—Como ordenes.

—Solo te vuelvo a advertir lo que ya sabes— me mira— Cuidado con mi hija, con ella no, lo que tendrás con ella será solamente una relación laboral, fuera de eso nada más.

—Hablas de ella como si fuera una niña y tu mismo acabas de decirlo, no es ninguna niña, yo puedo decirte que no intentaré nada pero ¿Y ella?

—Ella tiene novio y no a tenido ojos para nadie durante todos esos años de relación, dudo que contigo sea diferente— me río por mis adentros.

—Pueda que tengas razón pero el no tener una relación fuera del trabajo me parece exagerado de tu parte.

—Así lo quiero y así se hará.

—Adrián piensa con cabeza fría, y no actúes como su padre sino como su superior, ella debe tenerme confianza para trabajar juntos y así protegerla.

—Depende de como te comportes con ella tomaré mi decisión, mientras solo quiero relación laboral— si supiera las intenciones que tengo con su hija.

—Okey, así será.

Se qué no confía en mi en este tema, sabe que siempre me meto con la que se me de la gana, solo hasta follarla un par de veces y luego dejarla como si no valiera nada. Así he sido desde hace años, para ser exactos desde que tengo 17 años. A esas edad sólo me concentraba en complacer a mi padre en todo lo que el quisiera, me quería convertir en su versión mejorada. Pero una noche decidí romper las reglas e irme de fiesta con un par de conocidos, el alcohol en mi sistema me arrastró a follarme con la que se me atravesara, cuando acaba con una, par de minutos después seguía con otra, de esa fiesta salí alguien completamente diferente y me gustaba mi nuevo yo así que decidí adoptar esa nueva actitud a mi vida.

Cada quién elige su destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora