CAPÍTULO 13

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Amelia.

Los infiltrados.

3 de junio del 2017.

Todos subimos a las avionetas, son casi tres horas para llegar a Italia así que todos proceden a dormir una pequeña siesta mientras Dereck y yo nos besamos en la parte trasera de la avioneta.

—¿Y si alguien nos ve?

—Todos están dormidos— mira al piloto— Bueno, no todos.

Besa mi cuello y me muerdo el labio para no jadear, aprieto las piernas pero me obliga a abrirlas un poco para que pueda tocarme por encima de la ropa.

—Detente— jadeo en voz baja.

—Quiero cogerte, aquí y ahora.

—No, estas loco— se ríe bajo.

Me hace sentarme encima de él y mueve mis caderas, siento su erección y el roce causa placer aunque la ropa ya empieza a estorbar, rodeo su cuello mientras empieza a besarme pero me separo de inmediato cuando escucho alguien despertarse. Dereck y yo nos hacemos los dormidos y ya no podemos seguir con el momento ya que el soldado que se despertó se queda despierto todo el camino a Italia.

Al llegar nos instalamos en el hotel, aún falta tiempo, a las 4:30 p.m. tengo la cita con la maquillista así que creo que dormiré un rato pero antes de encerrarme en la habitación me despido de Dereck, le doy un beso cuando solo estamos los dos.

—Procura no follarte a nadie en mi ausencia— cuando intento irme me sujeta del brazo.

—¿Disculpa?

—La teniente en la biblioteca.

—Ya lo sabías ¿no?

—Sí, pero me enteré que mi padre manipuló las cámaras para cubrirte, porque una acción como esa en la central no está permitida— sonríe con ironía.

—No está permitido cuando follo con otras, pero contigo está más que permitido ¿verdad?

—Idiota— vuelve a sujetarme cuando intento irme.

—Sin celos, si la folle fue porque se me paraba con solo verte, y en ese tiempo tu te negabas a mi, así que no tuve opción— lo miro mal— Pero ahora créeme que ninguna teniente me hará tener tan buenos orgasmos como tú.

—No son celos, sueñas.

—Si claro— besa levemente mis labios y se va.

○○○

—¿Crees que no me reconozca?

—No lo hará, nadie sabrá hasta que los capturemos.

—Es que puede que a Dereck no lo reconozcan, pero a mi si porque me conocen a la perfección.

Estoy algo nerviosa por el hecho de que tendré a Regginal frente a mi.

—Por cierto, hablando de Dereck, me dijeron que llegaste con él en su auto y que el te llevaba abrazada, ¿es cierto?

—Papá...

—¿Si o no?

—Sí, mira no quiero que te enojes conmigo, mucho menos con él.

—¿Qué quieres decir?

—El y yo— niega.

—No..

Cada quién elige su destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora