Amelia.
Mayo, 25 del 2017.
Las vacaciones.
La mirada de todos se fijan en nosotros mientra nos acercamos al comedor del restaurante. Traigo un vestido blanco y sandalias del mismo color, mientras Matteo una camisa casual color celeste y un short blanco. Voy de su brazo pero cuando vamos llegando me sujeta la mano, saludo a todos y el único que me saluda de buena manera es Edward.
—Querida ¿No crees que ese vestido se te ve muy escotado?— me miro y niego con una sonrisa.
—No para nada, de hecho Matteo lo eligió para mi— Maribel me estrangula con la mirada.
—Mía, basta— habla mi novio— Déjala, mi novia se ve espectacular— besa mi mejilla y sonrío.
—Tiene razón, el vestido está muy bien y no tiene nada de inapropiado.
—Ya no tiene caso— hablo dándole una sonrisa a Edward— No te preocupes, se que me veo bien y si mi novio y mi suegro me lo confirman yo feliz— Edward y Matteo rien conmigo.
—Suficiente, es hora de la comida así que dejen sus comentarios para después— habla Maribel.
Mientras sirven la comida Matteo habla conmigo sobre los planes que tiene para nosotros, miro de reojo como Mía besa a Dereck sin pudor, también noto como Dereck me mira mientras la besa así que lo ignoro concentrándome en mi novio. El mesero pone las copas de jugo en la mesa y sin intención con mi codo hago caer la copa y su contenido cae en el vestido de Mía.
—¡¿Que te pasa?!
—Lo siento yo...
—Fue sin intención, solo ve y cambiate de vestido— habla su padre mientras ella se limpia con un pañuelo.
—Ay no...— Maribel me mira mal y Matteo se acerca a su hermana.
—Mía solo es jugo— lo aparta.
—Claro, defiendela, siempre has preferido a esa perra antes que a...
—¡¿Como acabas de llamarme?!
—Amelia déjalo así.
—Acaba dé llamarme perra ¿No dirás nada?
—Oye...
—Mejor cállate.
Me voy de ahí dejando a todos atrás escucho la voz de Matteo llamarme pero no me detengo, Adrián tenía razón Matteo siempre preferirá a su hermana y mamá antes que nada y siempre las defenderá así sean ellas las que cometan los errores, me dirijo a la playa a uno de los lugares más lejanos y solitarios.
—Matteo es un idiota, no te merece.
Las palabras de mi padre se repiten una y mil veces en mi mente, no es que no me merezca pero siento que si debería tener prioridad por mi en algunas ocasiones como esta, no hice nada malo, eso no fue intencional y aparte me insultó sin razón alguna, las palabras de Mía no me duelen pero lo que si me duele y demasiado es que Matteo no me haya defendido.
Pasan varias horas en donde ya a oscurecido, el frío empieza a hacerse presente y el vestido no ayuda de mucho, me abrazo a mi misma mientras miro la luna, suspiro y vuelvo a pensar en cómo Matteo no me defendió, Adrián viene a mi mente y me pregunto en si está bien o me extraña como yo a él, solo ha pasado un día pero lo extraño muchísimo.
—Papá, te extraño— susurro.
—Solo ha pasado un día— medio salto por el susto y se sienta a mi lado— Tranquila.
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Cada quién elige su destino
ActionAmelia Muller la hija del ministro es la encargada de llevar el caso de uno de los hijos del enemigo de su padre, sin imaginarse que en poco su vida cambiaría por completo, con la llegada de un capitán que la "ayudaría" con la tarea encargada de las...