CAPÍTULO 8

341 8 1
                                    

Amelia.

El regalo de cumpleaños II

Alina me hace una seña indicando que Erick ya está en la cama llamo a Dereck el cual me dice que llegara en tres minutos.

—Ay dios.

—Tranquila, no es cosa de otro mundo y por lo que me cuentas me doy cuenta que sabe tu punto débil y sabrá como hacerlo— besa mi frente y me llega un mensaje suyo diciendo que está afuera.

—Está aquí— suspiro— Vendré aquí a medio día y luego iremos a mi casa ¿Te parece?

—Okey, ve.

Salgo de su casa con una pequeña maleta con ropa que me prestó Alina, de hecho me cambié con ropa más cómoda debido a que el vestido y los tacones me estaban matando. Cuando veo el auto de Dereck estacionado el corazón me empieza a palpitar a mil, baja del auto y sonríe de lado cuando me mira, me abre la puerta del copiloto y entro.

—Gracias— me guiña el ojo y entra al auto.

Conduce en dirección a su casa, no dejo de mover mis manos en todo el trascurso, estoy demasiado nerviosa y ni siquiera sé si llegaremos hasta tal punto.

—¿Que tienes?— niego— ¿Nerviosa por lo que pueda pasar?

—No, claro que no— sonríe mientras niega con la cabeza.

—No te preocupes, ya verás que los nervios que sientes ahora no los sentirás en mi cama— me sonrojo.

Cuando llegamos bajamos del auto, entramos a su departamento y me sujeta de la cintura, suelto la maleta y la dejo en el sillón, rodeo su cuello y empiezo a besarlo, me carga haciéndome rodear su cintura con mis piernas, empieza a subir las escaleras y cuando entramos a una habitación me pone contra la puerta.

—Ya no puedo esperar más— susurra.

—Tengo miedo— sonríe.

—Solo déjate llevar por mi, el miedo ni los nervios tienen cabidad aquí belleza.

Me pone de pie y me besa mientras sus manos recorren mi cuerpo, se dehace de la sudadera y se pone de rodillas, besa mi abdomen y jadeo inconscientemente, vuelve a subir y desabrocha el sujetador, besa mis pechos mientras mete su mano bajo la licra y bragas, gimo en su boca cuando sus dedos hacen contacto con mi intimidad, siento como abre los pliegues y empieza a tocar mi clitoris.

—Joder— arqueo mi espalda contra la pared.

—¿Te gusta?— asiento.

Me lleva la cama, se deshace del resto de mi ropa, besa mi cuello mientras desabrocha su camisa, se separa de mi un momento y habla.

—Quiero que disfrutes, relájate y no pienses en que es tu primera vez, tu y yo ya hemos tenido encuentros sexuales y sabes perfectamente que me encantas y para mi no tienes errores, entonces libérate y muéstrame lo que tienes, soy tuyo.

Me siento en la cama y desabrocho su pantalón, lo bajo junto con sus boxers liberando su miembro erecto, paso mi lengua por la punta y empiezo a masturbarlo, sujeta mi rostro y se acerca.

—Quiero que te masturbes para mi.

Se sienta en una silla frente a mi, me acomodo en la cama abriéndome de piernas para él.

—Una condición— digo con una sonrisa de lo más coqueta— Tienes prohibido masturbarte o perder el control y tocarme, no lo harás hasta que yo lo ordene— sonríe mientras se muerde el labio.

—Hecho.

Meto dos dedos a mi boca y empiezo a tocarme, con lo otra mano estrujo mis pechos, no pierdo el contacto visual con Dereck mientras me toco.

Cada quién elige su destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora