Amelia.
Intento de muerte.
-Basta, ya no quiero más- digo débilmente.
-Solo será una pequeña dosis- me inyecta la droga y mi cuerpo va reaccionando.
Dereck salió hace unos minutos y Regginal aprovechó ese tiempo para joderme la vida otra vez.
-No...- veo a Regginal sonreír- Jodete.
-¿Quieres más?- niego.
Mi cuerpo me lo pide pero no puedo hacerlo, si Regginal me sigue inyectando droga me haré dependiente y no me veo siendo una maldita adicta a esas mierdas.
-¡No me toques!- le grito cuando intenta acercarse- Puedo estar lo más drogada pero estoy consiente de lo que no quiero maldito hijo de puta- me río- ¿Crees que te lo dejaré así de fácil?- niego mientras sigo riendo- Que equivocado estás.
-Aunque no quieras vas a terminar cediendo a mi, como hace unos días- me toma del cabello e intenta besarme.
-¡Sueltame!- forcejeo y le doy un golpe en el abdomen.
Me mira serio, me alejó de él pero sigue insistiendo, al ver que no podré quitármelo de encima agarro un florero de cristal, lo hago caer y agarro el vidrio más grande y con más filo.
-Inténtalo y te lo paso por la garganta- cierro los ojos debido a un mareo.
-¿En serio te crees capaz?
-¿En donde crees que trabajo?- me toma con fuerza y corto la piel de su brazo.
Eso no lo detiene así que intento apuñalarlo pero en el único lugar que logro es el hombro debido a que forcejeamos, yo para apuñalarlo y el para quitarme el vidrio, me empuja haciendo que me golpee la cabeza en la pared, sale inmediatamente de la habitación y siento como las fuerzas se desvanecen de a poco, la vista se me nubla y la cabeza me duele demasiado. Todo mi alrededor se vuelve negro y siento unos brazos sujetarme.
-Amelia- siento como medio me mueven- Oye...
Me despierto de golpe, la cabeza me da vueltas y siento punzadas demasiado fuertes, Dereck acaricia mi mejilla y me aparto de inmediato.
-Lárgate.
-Gracias, de nada, deberías estar agradecida de que no te dejé morir.
-Hubiese sido lo mejor que me puede pasar en estos días- soy sincera.
-Deja el drama- me río- No estás viviendo como una completa prisionera, no te imaginas lo que se les hace a los verdaderos prisioneros.
-Ay en serio, no me digas- suspira en frustración.
-Por cierto, si querías matarlo mal lugar para apuñalar- ruedo mis ojos y se burla de mi.
-¿Crees que no lo sé? No pude hacerlo donde yo quería, cuidado y tal vez tu no corras con la misma suerte que tu padre- se ríe y sujeta mi rostro.
-No serías capaz.
Hace dos días cuando Regginal abusó de mi Dereck prometió que me cuidaría, éste fue su primer descuido y por esa razón estoy actuando así, no está cumpliendo su palabra correctamente.
-¿Ah no? ¿Quieres probar?- sonríe.
-Me encantaría- dice muy cerca de mi boca- No sabes cuanto lo deseo.
-No me refería a eso idiota- lo empujo y se rie.
-¿Por qué tan nerviosa?
Ruedo mis ojos, la cabeza aún me duele y parece notarlo, sirve un vaso de agua de la jarra que hay junto a mi cama y me ofrece una pastilla.
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Cada quién elige su destino
ActionAmelia Muller la hija del ministro es la encargada de llevar el caso de uno de los hijos del enemigo de su padre, sin imaginarse que en poco su vida cambiaría por completo, con la llegada de un capitán que la "ayudaría" con la tarea encargada de las...