Sakuya no era un chico que destacara, apenas tenía amigos y sin contar que era un blanco fácil para los matones, y más cuando se enteraron de que era gay.
Pero no todo era malo, a raíz de su problema con aquellos chicos pudo conocer a los que actualmente son sus novios, Oikawa Tooru e Iwaizumi Hajime, el capitán y el vicecapitán del equipo de voleibol de Aoba Johsai.
El castaño y el moreno pensaban que ya había terminado aquel sufrimiento, pero no era así, creían que todas esas heridas eran por sus prácticas de skate.
Hoy en la tarde, los dos chicos tenían entrenamiento, nada fuera de lo común. Sakuya caminaba tranquilo, estaba feliz por su examen y porque luego cenaría con los chicos, pero su felicidad de esfumó cuando notó una mano en su hombro, sabía que no era alguno de sus amigos.
—¿Por qué tan feliz, Sakuya-chan?—al escuchar su nombre, comenzó a temblar. —N-no lo estoy —Oye, oye, somos tus amigos, puedes compartir con nosotros tu felicidad—dijo su "amigo" pasando su brazo por los hombros. —Seguro que está feliz porque ira a chupar una polla—dijo uno del grupo entre risas. —¿Enserio Sakuya-chan? Yo pensaba que eras un santito —N-no...yo no... —¡No seas tímido! —Sabemos que eres la perrita de los profesores —Hoy a tenido examen de química, seguro que ca a chupársela al profesor —Oh...que perra más vulgar—comenzó a decir el "líder" dándole algunas cachetadas en su mejilla. —¿También se la chupas a Oikawa-kun e Iwaizumi-kun? ¿O te pones a cuatro? —¡No digas nada de ellos!—aquello le molestó, su sangre ardía cuando mencionaron a los dos chicos. —A mi no me grites—le advirtió agarrando el pelo rosado de Sakuya y obligándolo a mirarlo. —L-lo siento... —Ya me estoy cabreando
De nuevo el "líder" agarró del cuello de la camiseta a Sakuya y casi arrastrándolo lo llevo hacia detrás del instituto, una vez ahí, lo tiró al suelo.
Desde que llegaron ahí, los puñetazos y las patadas no cesaron, también lo insultaban y a veces escupían.
El dominante del grupo se agacho y agarro el pelo del chico rosado, sus ojos estaban inyectados en sangre.
—Creo que necesitas una lección
Cuando se puso de pie, de inmediato un puñetazo impacto en su mejilla y una caballera rubia agarro de Sakuya y se fueron corriendo.
Kyoutani Kentarou, un miembro del equipo de voleibol, no habían hablado mucho, pero por alguna razón podrían ser cercanos. El rubio llegaba tarde al entrenamiento, algo muy común en él, pero esta vez le había ayudado, su bronca por la tardanza estaba justificada.
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Entraron por la noche haciendo que todos los presenten giraran a verlos.
—Perro loco-chan, llegas tarde
El mencionado no dijo nada, solo se movió para mostrar que detrás suyo había un chico sangrando y temblando.
Asustados y preocupados, Oikawa e Iwaizumi se acercaron, ambos lo observaron, se miraron, y miraron al entrenador, él asintió y con cuidado pero rápido fueron a la enfermería.
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Llegaron, volvieron a observarlo. El labio roto y sangrando, un hilo de sangre que salía de la nariz, un ojo morado, moratones en sus brazos...
Con cuidado, el moreno limpio la sangre del rostro, Sakuya nunca vió a ese chico tan preocupado. Una vez terminó, acarició la mejilla malherida del chico rosado, como respuesta, el chico cerró fuerte sus ojos y comenzó a temblar.
—Saku-chan, ¿qué paso?—en comparación a Iwaizumi, Oikawa daba miedo, su rostro no era nada calmada. —M-me caí con el skate —¡No mientas! —¡Oikawa! Gritarle no servirá de nada
El ambiente era muy tenso, casi asfixiate, Oikawa salió para calmarse, odiaba ver como no podía ayudar al chico, se sentía impotente. Iwaizumi se quedó a solas con Sakuya, beso su frente y busco lo necesario para curar las heridas.
La mente de Sakuya estaba hecha un lío, no sabía que decir, que hacer, o incluso que pensar. Dio un sobresalto cuando noto al moreno de nuevo enfrente suyo.
—Sakuya, tengo que ver debajo del uniforme—su voz era suave, casi armoniosa, pero el nombrado negaba rápido con la cabeza—porfavor, solo quiero curarte—hablaba casi en susurros y paso sus labios en los heridos del chico. —Está bien...
Con mucho cuidado, subió la ropa del chico, grandes moratones en el pecho, zona de las costillas y la zona del abdomen eran notables, el moreno aplicó una pomada. Sakuya se estremeció, estaba fría, pero sentía dolor y alivió a la vez.
Hajime ayudó a vestirse, suspiró y mirando triste al chico volvió a acariciar la mejilla.
—Sakuya, ¿puedo mirar tus piernas?—volvió a negar, el suplicaba, y terminó accediendo el chico rosado.
El más bajo se sentó en una camilla y el alto en una silla. Sonrojado, Sakuya bajaba sus pantalones, tenía algunos moratones y heridas sangrientes en las rodillas. Iwaizumi, curó todo con mucho cuidado y ayudó al chico a vestirse.
—Voy a buscar a Tontokawa—suspirando se levantó.—-¿Puedo ir yo? —¿Seguro? —Sí —Está bien
Sakuya salió de la enfermería, caminaba un poco rápido, sintió punzadas en su tobillo, pero solo lo ignoro.
Cuando vio al castaño se acercó, su rostro se veía más relajada, ahora lo miraba triste y culpable.
—Saku-chan...lo siento... —Es culpa mía... —No es cierto...
Abrazó con cuidado al chico, rodeo el cuerpo herido y acarició la cabeza. El más bajo se sintió abrumado, su cuerpo era un remolino de emociones. Cuando se dio cuenta estaba llorando en le pecho del castaño, este lo cargo y lo volvió a llevar a la enfermería donde aún seguía el moreno.
El más alto se sentó en una camilla, acariciaba el pequeño cuerpo del rosado que seguía llorando. Al rato los llantos del chico cesaron, se terminó durmiendo, algo que les pareció tierno a los dos contrarios. Ahí decidieron que nunca dejarían solo al chico rosado.
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