Por alguna razon siempre sentí que nunca tuve el derecho de considerar a Sam como mi familia. Existía algo... una pequeña parte de mi que seguía considerándose mi enemigo.
Una maldita voz que me torturaba en estos momentos de nervios. Se suponía que hoy iba a procurar en verme tranquila. Ya que por fin había tenido la valentía de poder ir a ver a Sam. Hablar con él, para que todo volviera a la normalidad, para poder contarle lo que había pasado en estos días.
Todo saldría bien, era en lo único que seguía pensando.
Sin embargo, no podía evitar sentirme mal porque después de todo no me sentía lo suficiente para seguir viviendo de una forma tan tranquila.
Miré el suelo de la pista, a las personas entrar y salir de la clínica delante mío.
Antes de dar un paso hacia la entrada me detuvo la mano de alguien sosteniendo mi muñeca.
-Victoria.
No sabía si estaba alucinando y esperaba que no lo fuera. Volteé encontrándome con aquella sonrisa cálida que una vez había deseado tanto tener solo para mí. Ahora mis ojos lo veían diferente. Era como si la magia en él había desaparecido. No obstante, estaba feliz de verlo.
Estaba al frente mío y dedicándome una sonrisa, como siempre lo hizo.
-Lucas.
-Hola, enana - dudó un poco, pero se acercó hacía mí y desordeno mi cabello. - ¿Cómo has estado?
Sonreí, una parte mía lo encontró gracioso esta situación, no se sentía como una conversación normal, similares a las de antes pero aún podía encontrar ese sentimiento de tranquilidad en él.
-Con exámenes, pero bien. ¿Y tú? - me dedicó otra sonrisa.
-Lo mismo - asentí.
-¿Vienes por Sam? - Negó aunque su mirada cambió. Fue ese pequeño movimiento lo que me hizo preocuparme. - ¿Qué pasa?
-Creo que es mejor, que por hoy no lo veas.
-¿Por qué? - Pregunté con las alarmas ya encendidas. Sintiendo aquel pequeño enemigo dentro mio relucir con inseguridades.
¿No quieres verme?, pensé.
-Victoria - una voz nos interrumpió. Voltee para verla con una sonrisa tirando de mis labios. Me acerque hacia ella como si fuera una niña siendo atrapada por una travesura.
-¿Qué haces aquí, cariño?¿No deberías estar en clase? -Negué.
-Mi profesor dijo que podía tener descanso, por terminar antes el trabajo - asintió. - Quería visitar a Sam - continúe.
-¿Sam? Él ya fue dada de alta hace días. ¿Rodrigo no te lo contó?
Negué despacio tratando de asimilar la información.
-¡Doctora Gómez!- una enfermera llamó.
-Ya me tengo que ir - sostuvo mis manos y acarició de ellas mientras me miraba fijamente, - lo hablaremos en casa ¿si? - asentí y ella besó mi sien.
Volteé con la mirada para buscar a Lucas. Encontrandolo en un asiento a pocos pasos míos esperándome. Inmediatamente caminé hasta él.
-¿Lo sabías? - me miró sin comprender - lo de Sam. Que ya no está en la clínica - aclaré.
Suspiro asintiendo.
-El día cuando nos vimos afuera de la escuela... estaba recogiendo sus cosas. Y lo demás ya lo sabes - asentí comprendiendo a lo que se refería.
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Si las mentiras fueran las despedidas [Editanto]
Romance♧ Ella sufrió un accidente que le cambió la vida. ♤ Él ha tratado de protegerla. ♧ Ella ha tratado de sobrevivir por él. ◇ Él la ha amado en secreto. ♧ Ella lo ha amado apenas lo conoció. ♤ Él amó sus sonrisas y defectos a penas la encontró. Mentira...