Si las mentiras fueran las despedidas [Editanto]

Cap 9: El nuevo

-Haber dejame entender...

Miré tranquila a la rubia delante mío. Aunque sabía que vendría una tormenta de parte suya.

-Dani - traté de hablar.

-... terminaron de cantar y se quedaron viendo como dos personas que se tienen ganas - entorné los ojos.

-Dani, escucha, creo...

-¡Y tú! ¡Decidiste escapar de aquel chico! - dio una pausa y respiró. - A menos de que te sentiste incómoda y desees que vaya a buscarlo para evitar de que se acerque a ti.

Negué.

-¿Entonces? - sentí mis mejillas enrojecer- querías besarlo - afirmó - pero no lo hiciste. ¿Segura que no hizo nada malo?

Volví a negar.

Jugué con mis dedos nerviosa. Sabía la respuesta. Lo que me detuvo fui yo.

Y lo hice porque no debía haberme sentido bien. No debí haber salido ese día.

Yo... no lo merecía.

Pero no podía decirle todo ello a Dani. No me veía capaz. Ella era de las pocas personas que no sabía mucho del tema ya que paraba viajando mucho por los negocios de su padre. Sam tampoco le contó nada y yo no quise hacerlo.

Estar con Daniella era como respirar sin que me asfixiaran. Era tranquilo.

Lo único que me permití en sentir fue eso: Disfrutar su amistad.

Nunca había planeado en contar acerca de mis cosas a alguien, pero Dani era mi excepción. Aunque no le hablaba de todo, podía charlar sobre temas de chicos. En donde ella más destacaba. En cambio yo prefería escucharla. Sin embargo, hoy al encontrármela cerca de una aula dando examen y obligándome a esperarla, cambiamos de roles.

Fue algo vergonzoso contarle apenas lo que había sucedido ayer pero como siempre Dani no me decepcionó. Se rió conmigo y no indagó cuando me veía incómoda hablando acerca de algo en especial.

Dani y Lucas eran parecidos. Pero a la vez no. Estaban en las mismas clases y aunque también eran amigos no eran más que eso.

Lucas podría ser mi excepción. De seguro lo era. Pero con Dani era diferente. Tal vez el que fuera de mi mismo género ayudó a que estuviera más cómoda con ella o el hecho de que no supiera mucho de mi pasado y aún así quedarse a mi lado y apoyarme pudo influir.

La verdad no lo sabía. Ni quería entenderlo.

Con esta poca paz era suficiente para mantenerme viva y cumplir mi promesa.

Alce la cabeza para encontrarme con la mirada curiosa de la rubia.

-Sabes que cuentas conmigo, ¿no? - asentí - hecho de menos verte sonreír - confesó después de un silencio.

Evité bajar la mirada y cubrirme en mi propio mundo.

Con ella no quería hacerlo.

Sonreí aunque no salió natural y ella lo notó. Acarició mis cachetes y besó mi cien.

-El día que sonrías sin que alguien te fuerce, será el mejor de todos. Te lo prometo - alzó su meñique para entrelazarlo con el mio, siendo esto una promesa.

Sin embargo, yo no pude hacerlo. Me quedé viendo su mano junto a una tristeza.

¿En serio ese día existirá? Quisé preguntar, pero lo evité.

-Tengo que irme. Mi clase ya inicia - la mirada triste que me dedicó arrugó una gran parte de mi corazón. Pero era mejor así.

No quería seguir mintiendoles a ellos. Aunque sea no quería seguir echando sal a a herida.