Cap 32: Feliz

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Maratón 1/3

Lucas

Podría decir que en mi hogar el frío no era tan recurrente a como lo sentía en estos momentos.

A pesar de ver un sol radiante, iluminando la poca luz que había en mi habitación, sentía aún esa frialdad. De seguro, la tristeza oculta.

Las gotas del agua helada me obligaban a abrir los ojos, aunque quisiera cerrarlos.

Mi propia habitación se había vuelto en el lugar seguro de mis sentimientos.

El dolor en el pecho aumentaba con el paso de los días, junto al nudo en la garganta.

Suspiré.

Algo en mí deseaba borrar la imagen de Victoria, sonriendo con él.

No lo entendía. No podía aceptarlo, si quiera.

¿Cómo alguien que recién aparece, podía hacer que su mundo cambiara tan rápido?

Yo fui quién estuve con ella todos estos años. Yo vele por su felicidad.
Yo luché por mantenerla a salvo.

Pero... al final no lo logré.

Habían demasiadas cosas que no tenían sentido, pistas a medias. Los golpes y la desaparición de Sam durante casi una semana.

El instituto iba hacer una excusa para poder ver a Victoria. Pero, por lo que me contó, ahora tenía clases particulares.
Vaya suerte la mía.

Traté de relucir el tema sobre la anterior vez, no lo logré. No pude. Ni siquiera por mensajes de texto.

Mi mente se encontraba confundida y preocupada, dando dolores de cabeza con los recuerdos de ella.

¿Por qué, no puedo ser yo?

Una lágrima cayó, uniéndose a las que caían sobre mi rostro.

¿Acaso no soy suficiente?

Prometí velar, mantener, su sonrisa, soportar si ella la regalaba a alguien más, pero no pensé... que fuera tan doloroso, abrumador, asfixiante.

Era triste pensar que tal vez, nunca dejaría de pensar en ella. Si, podré dejar libre el camino pero no mis sentimientos.

-¿Sabes, cómo están? - asentí botando un suspiro. - Debo ser paciente, ¿no? - volví a asentir con una sonrisa - Pero... ¿qué ocurre si... ?

-Dani - sujete sus manos, evitando que siguieran moviéndose en el aire, haciendo señales. - Por ahora, hay que esperar para que Sam quiera comunicarse y sobre Victoria...

-Fue ese imbécil, ¿cierto? - se levantó del asiento, mostrándome su espalda. - Le voy a partir esa cara bonita. Voy hacer que...

-¡Dani! - volteo a verme, con el ceño fruncido.

-¿Qué? ¿No vez que trato de mentalizar lo que le haré a ese maldito cara de vómito?

Negué.

-Victoria, esta bien. Se está quedando con Luz, la doctora de la anterior vez.

Su ceño se relajo. La sonrisa en su rostro apareció, por poco casi hasta da saltitos.

-¡¿En serio?! - agarró mis hombros y los sacudió. - Dios mio, ¡¿eso significa que aceptó ayuda médica?!

Asentí.

Daniela, lo sabía. No todo, pero manejaba la mayoría del tema.

-¡Si! - dió saltos, similares a los que daba Victoria de pequeña.- Tienes que decirme cualquier cosa que suceda - volví a asentir, - con ambos - agregó eliminando su sonrisa y frunciendo el ceño.

Si las mentiras fueran las despedidas [Editanto]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora