XXIII.

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Al la mañana siguiente, Cloe siguió la rutina que normalmente tenía en su día a día. Fue a desayunar, entrenó con moderación y ayudó a varios de sus subordinados a entrenar. Para la hora del almuerzo ya había acabado con casi todas sus tareas y aún Smoker no la había llamado para acabar con la conversación que habían dejado pendiente.
El menú de la tarde estaba compuesto de hígado, después de lo que le dijo el doctor, implementaron más hierro en su dieta. Lo bueno es que los cocineros variaban la presentación del plato, así que no podía cansarse de comer relativamente lo mismo todos los días.

—Vicealmirante Bloodsucker, el Vicealmirante Smoker la está llamando.

Cloe apenas había levantado su cuchara para llevarse la comida a la boca, cuando vinieron a traerle el mensaje de Smoker.

—Ire apenas acabe de comer —respondió con una notoria incomodidad.

Smoker sabía que Cloe se ponía de malhumor cuando la molestaban durante sus horas de comida, por eso ella no entendía el por qué él la había mandado a llamar en ese momento.
El mensajero se puso nervioso al ver la vaga respuesta de su superior, pero no tenía el valor de insistir, así que bajó la cabeza y se alejó raudamente.
Tras acabar con su almuerzo, Cloe se dirigió a la oficina de Smoker. No tenía un plan de antemano, pero sabía que Smoker la dejaría ir.
No esperó mucho tras tocar la puerta, Smoker ya la estaba esperando.

—Hola...

—Estuve pensando...

—No voy a dar vuelta atrás...

—Ire contigo.

Cloe guardo silencio por unos segundos y comenzó a reír.

—No, definitivamente no. De por sí que vaya sola ya es peligroso, pero si vamos juntos será mi fin —exclamó Cloe, tras dejar de reír y notar que Smoker hablaba enserio. Tras pensarlo más, aquella idea disparatada le heló la sangre, aquello era algo que ni siquiera podía imaginar que sucediera.

—Es peligroso que vayas sola...

—Lo sé, por eso ya hice un trato con Katakuri. Puede ser todo lo que quieras, pero cumple sus promesas... En la medida de lo posible —comentó Cloe recordando que Katakuri no había cumplido por completo su promesa de no volver a verse jamás.

—Entonces te llevaré y te recogeré.

—¡Claro! ¡Que buena idea! —exclamó Cloe —Y les digo que eres mi hermano mayor, ¡Un vicealmirante es mi hermano mayor! —agregó Cloe.

—¿Que planteabas hacer si llegaba a creer en tus excusas?

—Hubiera pedido una semana de descanso, viajaría a Totto Land y regresaría sin contratiempos —explicó Cloe.

—¿Y que sucede si descubren tu identidad?

—Ya lo tengo todo cubierto, tienes que confiar en mí.

—Ya pasamos por una situación similar, no quiero volver a ponerte en peligro —respondió Smoker pasando su mano por su cara y llevando su cabello para atrás.

Cloe desvió la mirada y suspiró. Sabía el miedo que tenía, la mirada de Smoker era similar a la mirada que tenía su abuelo cuando se despidió de ella.

—No puedes acompañarme, pero puedes esperar por mi en la isla más cercana, fuera de Totto Land.

—Acordemos un plan de contingencia por si algo sucede.

—Si, pero primero debemos de ocultar tu identidad.

...

—¿Tienes todo listo? —preguntó Smoker a ver a Cloe con una pequeña mochila.

Un océano sin justicia (One piece)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora