Un océano sin justicia (One piece)

XXIV.

Tras ser rescatada por Katakuri, este la dejó en una de las islas de Totto Land.
En ese momento él no había notado su verdadera identidad y la ayudó a recibir asistencia médica.
Tras dos días de pasar en el pequeño hospital Cloe comenzó a buscar alguna forma de irse, pero terminaba embelesada por las casas hechas de comida.

«Debo de ser fuerte, aunque sea un paraíso no debo de quedarme aqui»

Tras pasar todo la tarde luchando contra sus impulsos, se dejó cautivar por el aroma dulce que provenia de una panadería.
Desde la vitrina pudo ver una gran variedad de donas, desde que salió del hospital no pudo comer nada, así que se encontraba hambrienta.

«Si tan solo tuviera algo de dinero»

-¿Hola?, ¿Estas interesada en el trabajo?

La pregunta provino de una mujer no tan mayor que ella, parecía estar embarazada y algo adolorida por ello.

-Eh...

Cloe pensó por un momento, sabia que por lo menos necesitaba algo de dinero si planeaba salir de ese lugar, así que no le vendría nada mal trabajar.

-Si, ¡Claro que sí! -exclamó la joven animada.

-Es un alivio, muchas gracias -agradeció la mujer mientras invitaba a entrar a Cloe. -Por el momento mi esposo no se encuentra en el negocio, tuvo que ir a recoger algunos productos, ¿Podrías empezar hoy? -preguntó.

-Claro.

Sin tener a donde ir ni que más hacer, Cloe se dedicó a ayudar a la futura madre.
Durante ese día no tuvo que hacer mucho, solo atender a los clientes y ayudar a arreglar algunas cosas del almacén.
La propietaria era la única que se dedicaba a hornear, quiso enseñar a Cloe, pero la castaña dejó en claro que ella no era nada habilidosa para la cocina y que era mejor que se mantuviera fuera de esta.
Ya casi al atardecer el esposo de la propietaria llegó, este se veía exhausto y algo preocupado.

-Cariño, lo siento mucho. Te dije que me tomaría un par de horas, pero el proveedor se puso quisquilloso y quería subir el precio del pedido.

-Esta bien, tuve suerte que temprano Cloe viniera por el puesto de trabajo.

-¿Cloe?

-Si, ahora se encuentra en el almacén arreglando algunas cosas.

Detrás de la tienda, Cloe había podido sentir la llegada del esposo de la propietaria, pensó en entrar de inmediato, pero optó por esperar unos minutos.

-Aqui está querido, ella es Cloe...

Por la puerta del almacén aparecio la joven pareja. Cloe les saludo con respeto y se volvió a presentar.

-Gracias por comenzar de inmediato, justo ya es momento de cerrar. Te puedes retirar ahora y mañana regresar temprano -comentó Julius.

Ese era el nombre del esposo de la propietaria.

-Sobre eso... Se que puede sonar muy apresurado, pero, ¿podrían adelantarme o por lo menos darme el sueldo de hoy? -preguntó Cloe.

-¿Lo necesitas con urgencia? -preguntó Seira, la dueña de la panadería.

Cloe suspiró y les comento su situación, sin entrar en muchos detalles. Obviamente omitió su verdadera identidad y quién la "rescató", no quería involucrar a la joven pareja en sus asuntos.

-Ay linda, hubieras comenzado por allí, nosotros tenemos una habitación demás en nuestra casa, puedes quedarte allí todo el tiempo necesario -comentó Seira tomando de las manos a Cloe, parecía intentar consolarla.