VII.

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En algún lugar del Nuevo Mundo...

En las orillas de la isla Vinum habian aparecido partes de un navío destruido, los pobladores no se sorprendían; aquello pasaba casi todos los días. Comenzaron a remover los restos de madera, entre madera y madera encontraron entre todo aquel desastre el cuerpo de una joven.

Uno de los pobladores quiso desatar a la joven que se encontraba atada al mástil del supuesto navío destruido, pero justo en aquel instante llegaron los bárbaros, seguidores del rey tirano y tuvieron que huir para evitar nuevos problemas.

Cloe recuperó la conciencia, no recordaba lo que sucedió, solo sabía que por precaución se había atado al mástil del barco para no caer el mar.

Al abrir los ojos se vio en una habitación desconocida iluminada por velas con aromas exóticos, se encontraba recostada en una cama cubierta de distintos tipos de seda, sus pies y manos se encontraban atados con cadenas y ella vestía un singular atuendo casi transparente.

Cuando trató de moverse para liberarse de las cadenas, cuales no eran de Roca Marina, fue sorprendida por dos niñas que entraron a la habitación. Las infantes tenían la cabeza gacha y portaban en sus manos bandejas de manjares y una jarra llena de licor; lo depositaron el una pequeña mesa y salieron corriendo del lugar. Cloe no tuvo tiempo de reaccionar, al instante llegaron dos hombres fornidos y la estaban llevando a rastras a un lugar desconocido.

La joven no estaba segura de lo que sucedía, por eso optó por solo observar. En el camino se encontró con mujeres, todas usaban atuendos parecidos al que ella usaba, solo que estás tenían casi toda la prenda destrozada y sollozaba sin hacer mucho ruido.

Tal vez se encontraba en un prostíbulo, había naufragado por varios días sin saber dónde ir y vete a saber a dónde había llegado el barco. El recorrido terminó al final de un pasillo, fue lanzada dentro de una habitación para luego ser encerrada.

-Llego la joven que esperaba señor

Cloe se volvió a la dirección de donde provenía la voz, pero no distinguía en qué lugar exacto se encontraba en medio de la penumbra.

-¿Es...es..?

La otra voz provenía de un ser que se encontraba al otro extremo de la habitación, su voz provocaba una mezcla de sensaciones desagradables a la joven.

A los pies de esa persona se encontraba tendida la figura de una joven y no solo una, habían muchas mujeres alrededor. Por acto de reflejo la Cloe retrocedió, pero sus pies tocaron algo frío. La castaña se apartó con rapidez al notar el cuerpo sin vida y tristemente habían más cadáveres en el lugar, todas ella con símbolos de haber sido abusadas de distintas formas.

-Tú serás mi nuevo juguete.

Aquel monstruo se encontraba a unos centímetros de la joven, Cloe solo observaba el cuerpo sin vida de una niña.

-Era solo una niña...

Susurro la joven con la mirada perdida y una voz que amenazaba con quebrarse.

Aquel tipo había comenzado a perder la paciencia, las mujeres jamás debían de ignorar su presencia o sus órdenes y la tipa que estaba frente a él no sería la primera que lo hiciera.

Él sabía que debía de darse su lugar y dar su merecido a la desgraciada, pero cuando iba a tomarla del cabello esta había esquivado su mano, el tipo nuevamente intentó tomarla por el brazo, pero Cloe seguía evitando sus agarres.

De forma sorprendente la joven seguía esquivando todos los golpes que su captor lanzaba, esto comenzaba a desestabilizar la cordura de aquel abusador y en medio de su desesperación logró alcanzar a la joven para así romperle el labio inferior de un puñetazo.

Un océano sin justicia (One piece)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora