El tiempo se detiene y un gran silencio se abre entre esas paredes, la mirada de ella parece que se va a comer a Silverio, pero él no le tiene miedo, -Sé que esto es repentino, pero no estoy aquí para causarte problemas, solo quiero proteger a mis amigos.-dice tratando de convencerla, si es nueva en esto no debe darse cuenta de las verdaderas intenciones de Silverio una vez lo ayude a saber para quién trabajan esos tipos.
-Bien...pero primero deberás responderme algunas preguntas.-
-De acuerdo, pero no aquí, más tarde, en esta dirección.-
Se trata del café donde se supone va normalmente, según Zack.
-Me parece perfecto, ¿ahora puede quitar su arma de la mesa? Gracias -
Silverio guarda su arma y se levanta, -Entonces la veo en la tarde.- se marcha del lugar como si fuera el dueño, mira la hora y decide ir por su siguiente objetivo, renunciar al restaurante, no le toma mucho y varios insisten en que no lo haga, pero a Silverio no le importa, no puede seguir perdiendo el tiempo, Michelle Santos está haciendo una selección de empleados para su nueva casa, es la oportunidad de Silverio para acercarse más a ella, si logra volverse alguien de confianza podrá encontrar el momento justo para matarla, es un plan un poco descabellado el intentar seducir a una mujer así, para ganarse su confianza piensa, pero no le importa.
Anoche, después de llegar a casa, elaboró todo un currículum perfecto para no ser rechazado, mientras, Zack y Madan Sara responden llamadas de teléfono confirmando el desempeño en esos trabajos, se los dejó de trabajo mucho antes de que los detectives tocaran a su puerta.
Se estaciona cerca de las oficinas de Doral, así se llama su empresa, ve el auto de Michelle salir, espera un minuto y los sigue discretamente, cuando de pronto en una bajada uno de los neumáticos traseros falla, Silverio frena de golpe aparentando estar sorprendido, -¿Están bien ? Pregunta cómo si no tuviera nada que ver con el sabotaje del auto, sus acompañantes le responden que sí y él entra de nuevo en el auto, espera unos segundos a que abran la maleta y se den cuenta que no tienen las herramientas para cambiar el neumático, avanza lentamente, pero justo cuando está por irse, uno de los hombres lo detiene, le pregunta si no tiene herramientas en su auto, a lo que él responde que sí, con una sonrisa de medio lado.
-¿Ya terminaron? Pregunta la flor desde la ventana del auto, lleva unos lentes de sol y se los baja un poco dejando ver su mirada color rosa, está impaciente, - No se preocupe amiga, estará listo en unos instantes. -- dice Silverio sacando una llave de cruz de su maleta.
10 minutos después, todo está listo, -Muchisimas gracias, si usted no hubiera estado aquí esto inútiles no podrían haber hecho nada.- le dice sin mirarlo a la cara, -Por favor, no diga eso, es un pequeño detalle a cualquiera le pasa. - responde Silverio jugando con la llave de cruz entre sus dedos, -¿Nos hemos visto antes? me parece recordarlo de algún lado- por primera vez lo ve a la cara, pero no se quita los lentes, -Jajaja pensé que no me reconocería, bueno yo soy el que los atendió a usted y aquel hombre en el restaurante el otro día.- finge estar apenado -¡Oh es usted! si ya lo recuerdo, un buen servicio de hecho, claro podía ser mejor, pero no importa son...detalles, le puede pasar a cualquiera.- Silverio frunce los labios y ríe un poco - Si, si tiene mucha razón, en fin, que tenga un buen viaje.- le respondió marchándose, pero uno de sus acompañantes se puso enfrente, -¿Cuánto quieres?-pregunta ella viéndolo desde el retrovisor, -Con el gracias fue más que suficiente, pero si le dice a su amigo que se aparte estaría bien.- saca la mano por la ventana y hace un ademán para que el hombre se aparte.
La ventanilla sube y se marchan, Silverio regresa a su auto, cuando ve una sombra que lo observa desde una esquina, baja de nuevo y va hasta el lugar, cuando se acerca, la sombra se aleja a lo profundo del callejón, él la sigue y de pronto es estampado contra la pared, se trata de la chica problema de nuevo, -¿Qué diablos te pasa?- exclama Silverio mientras alza las manos.
-¿Que estás planeando idiota?-
-¿A qué te refieres?- baja su mano hasta tener el arma cerca.
-Le saboteas el auto para después arreglar el neumático, eso no lo hace alguien que no busca problemas, ¿ella es tu verdadero objetivo? ¿El que hablaste en el muelle?-presiona contra el muro y sus ojos brillan en dorado de nuevo.
-La verdad ese no es tu asunto, ¿qué haces aquí? pensé que todo había quedado claro.-
-Me molesta que imbéciles como tú anden por ahí sueltos, y tus amigos no han dejado de seguirme todavía, así que me dirás qué diablos sucede o si no...-
-¿Que me matarás? Inténtalo si quieres, pero ya te dije que no puedo morir. -- saca su arma empujándola para que retroceda.
-Puedes intentarlo si quieres, pero te costará más que un par de balas.-
-¿Cuál es tu interés en todo esto? ¿Los Nefilim no son seres malignos? No debería importarte. -- dice mientras ella lo suelta.
-Normalmente, pero yo no soy como otros y mi interés es proteger la vida de las personas, además algunos de tus amiguitos todavía me están siguiendo, así que mejor habla.-
-Bien, la verdad ahora tengo otro compromiso, pero si recuerdas cómo llegar al muelle de la otra noche te lo diré todo; quizás el tenerla de mi lado me pueda ser útil, su fuerza y habilidad para desaparecer me ayudarían mucho en una emergencia - piensa Silverio mientras guarda su arma de nuevo.
- De acuerdo, pero si no llegas juro que la próxima vez que nos encontremos te mataré, no me interesa si puedes morir o no. -- se marcha y al doblar la esquina desaparece.
Silverio hace una respiración profunda, -Esto de vivir tu vida en diferentes épocas es agotador- regresa a su auto, llega a casa y se encuentra con Madan Sara recostada sobre Zack en el suelo, Zack lo ve y se levanta de inmediato, -¡Hey! hola volviste.- le dice algo nervioso- sí pero ya me voy- entra a su habitación y se cambia de ropa -¿A dónde vas?- Pregunta Madan Sara - tengo una cita con una posible fuente de información- responde mientras se arregla el cabello -¿Es una chica?- pregunta, -Sí, sí lo es, de hecho es la reencarnación de mi ex.- dice de forma sarcástica -¿tu ex es tu fuente de información?- pregunta Zack en un tono burlón -Sí, por muy irónico que parezca, me voy de nuevo, si hay una emergencia llámenme, hay una pistola en mi habitación, y ya te mandé la ubicación de dónde voy a estar en caso de emergencia.- dice tomando las llaves -Dios pareces mi papá, está bien, por cierto, tu historial fue aceptado, estás entre los 30 seleccionados para trabajar en la casa de Michelle Santos.- dice Zack estirando su puño para chocarlo con Silverio -Me parece bien, sabía que lo lograrían.- responde y se va de nuevo dejando a Zack con el puño en el aire.
Por alguna razón se siente impaciente, mira a los lados, hasta que la ve entrar, lleva una falda marrón corta que se ajusta a su silueta, y una camisa blanca que deja ver su definido abdomen, su cabello está amarrado con una cola, sus tacones la hacen verse más alta de lo habitual, pero se ve bien, no tarda en divisar a Silverio.
-Veo que eres alguien muy puntual.- Esther
-No me gusta perder tiempo.- Silverio
-Si ya me doy cuenta, en fin, iré directo al grano, tengo la información que necesitas, pero todo en esta vida tiene un precio, quiero que me digas cómo sabes lo de la flor, y quien eres.-
No puedo decirle que soy el hombre que intentará matarla, piensa Silverio
-Bien, soy el hermano de una gitana prodigio, la única que ha tenido contacto con las flores durante mucho tiempo, esta gitana tuvo contacto con una de las flores, y al saber que cuando dejara de tener la flor olvidaría lo que sabe de ellas, los escribió todo en un diario, donde pidió a su familia ayudar al hombre que acabaría con ellas, dentro de la familia yo soy el único hombre, y mi hermana y yo estamos esperando a esta persona. Pero hay personas tratando de darnos caceria y no puedo permitirlo.-
- me dices que estás del lado de la persona que quiere matarme y aún así pretendes que te ayude, estás loco.-
-Tómalo como un pago al favor que me debes, además mientras no te cruces con otra flor supongo que no tendremos problemas contigo.-
-Te estás arriesgando a que te mate con un toque.-
-Si en realidad quisieras matarme, no hubieras aceptado venir aquí.-
-Antes no quería, pero estás haciendo una nueva necesidad en mi, no retes.-
-Solo dime si me ayudarás, si no me marcharé, no tengo tiempo para jugar. -- se levanta de la silla.
-Esta bien, pero hay una condición.-
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Guerra de flores.
General FictionNunca fui una mala persona, o por lo menos eso creo, toda definición cambia ante los ojos de alguien pero aún así, fui condenado, condenado a buscar lo que nadie más podría, las cuatro flores del Edén, con el único objetivo de darles muerte solo par...