A la mañana siguiente, 15 de febrero tenía que presentarme en la casa de Miguel a la 1 de la tarde, pero en realidad tenía que salir a unos estudios médicos en el hospital san José, a si que tardaría un poco en llegar.
En la sala de espera del hospital san José mientras que me realizaba los exámenes solamente estaba pensando en el verdadero sentimiento que tenía en Miguel, estaba pensando en lo que me estaba pasando, en que nadie podía provocarme eso y en realidad el lo estaba haciendo.
Tenía varias opciones, varias posibilidades, y es que posiblemente sentía:
1-empatia
2-cariño
3-amor de amistad
4-obsesion
5-necesidad
Quizás Miguel provocaba una de estas cinco cosas en mí, pero lo que trataba era de olvidar mi obsesión con él.
Si quería descubrir el verdadero sentimiento, lo que de verdad sentía por él, tenia primero que destruir la obsesión por él.
Sentirme obsesionado con Miguel me hacía sentir vulnerable ante las personas, siempre me había sentido fuerte y seguro de todo, pero desde que me obsesioné con él simplemente me estaba comenzando a debilitar por completo, confiaba mucho en las personas cosa que nunca me pasaba, comenzaba a dudar de mi mismo cosa que tampoco me pasaba.
Quizás era eso, obsesión, lo que sentía realmente por Miguel, y si quería controlarme tenía que destruir esa obsesión:
Tenía que ocupar mi tiempo en otras personas... eso era difícil prácticamente imposible cuando vivía las 24 horas del día pensando en ¿Por qué obsesionarme con él entre tantos amigos que tenia?
Entre el grupo de 4c estaba tratando de fortalecer mis lazos de amistad con Anthony, Carmen y Josué, Carmen y Josué siempre me apoyaron, desde que se enteraron de la leucemia estuvieron a mi lado sin importar lo que sucediera, es Carmen la que siempre me pregunta cómo me siento y es capaz de matarme si decido abandonar el tratamiento.
Josué por otro lado era muy meloso, trataba de ignorar por completo su actitud agradable y cariñosa, cosa que nunca me gustaba de las personas, pero en realidad mi actitud seca logro soportar la actitud melosa del mismo Josué llegando a tener un sentimiento muy parecido al del chico de rizos.
Pero en realidad ninguno de ellos lograba sacarme de la cabeza a Miguel, ninguno.
Normalmente mi obsesión con ese chico siempre hacia que una pregunta rondara muy vagamente por mi cabeza: ¿sentía Miguel lo mismo por mi?
Pues eso si era algo que podía responder con total firmeza y seguridad: no
Conocía a muchas más personas que yo, tenía muchos más amigos que yo, formaba lazos de amistad más fuertes que yo, y en realidad era ilógico que se obsesionara de la misma forma que yo me obsesioné con él.
Yo sabía que él no me quería, pero aun no dejaba de emocionarme cuando él me escribía.
Pero en realidad me vuelvo a preguntar ¿Qué siento realmente por Miguel?, y la duda vuelve a caer en mi, en realidad no podía responderme eso a mí mismo, entonces ¿tendría que buscar respuesta en él?
— ¿Bro vas a venir?—escribió en un mensaje de facebook
Yo estaba saliendo de la sala san José, para posteriormente dirigirme a la casa de Miguel e iniciar los trabajos que habíamos dejado pendientes para entonces.
—sí, estoy saliendo del hospital san José, dame una hora máximo y estaré en tu casa—escribí en mi mensaje
Estaba un poco moribundo por la salida al hospital, no me gustaba la idea de tener que estar cada dos días realizándome estudios para saber mi estado de salud pero igual trataba de soportar lo que sucedía.
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¿Te conozco?✓[¿Por Qué Nos Obsesionamos Con Lo Imposible?]©
Teen FictionEse chico era mi perdición, porque entre su espeso cabello rizado y su sonrisa que enamoraba hizo que además de obsesionarme me enamorara de su personalidad, no era lo mismo sin el, había pasado de querer una amistad, a querer una obsesión, de obses...