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Llegaron a la edad en la que sus amigos han comenzado a casarse y tener bebés, y en realidad siempre es un poco sorprendente ver cómo sus amigos que solían ser unos adolescentes rebeldes sientan cabeza, tienen hijos y tienen su "final feliz" con una persona que aman.

Y Harry a pensado en eso, durante los últimos meses definitivamente a pasado por su cabeza la idea de casarse con Charlotte, y el hecho de que los inviten a bodas constantemente solo hace que su mente viaje imaginando todo lo que podría haber en la boda y se le calienta el corazón al imaginarla con un bonito vestido blanco luciendo hermosa y caminando hasta él, para convertirla en su esposa.

También a pensado en aquel titulo, esposa, es un título importante y no sabe si es su mente enamorada pero cree que Charlotte es la única mujer en el planeta a la cual llamaría de esa forma, y también le encanta la idea de ser su esposo o la idea de tener que llevar su anillo por siempre, y que cada vez que cualquiera mire las manos de ambos sepa que ella es de él y que él es de ella.

Ahora están preparándose para la boda de Amy, la mejor amiga de Charlotte, y están golpeándose mentalmente porque es tarde y Amy los matará (de manera completamente literal)  si no llegan a tiempo a su boda, así que están corriendo de un lado a otro en busca de estar listos lo más rápido posible, con éxito logran llegar a su auto y Harry está conduciendo mientras Charlotte termina de arreglar su cabello y al mismo tiempo piensa que dirá en el brindis (porque Amy la escogió para dar un brindis durante la cena).

-Debí haber escrito el discurso, ¿Por qué me dejaste pensar que improvisar era buena idea?

-Calma, cariño, estaremos bien, ahora lo importante es llegar en menos de 15 minutos.

(***)

Durante la ceremonia lo único que pudo hacer fue imaginarlos a él y a Charlotte en su lugar, pensando en como la besaría o cuáles serían sus votos. Así que estuvo particularmente cariñoso duramte la ceremonia dejando besos sobre su frente y sus mejillas cada poco tiempo, y con su mano alojada permanentemente sobre su muslo apretando cerca de su rodilla para que ella le diga que no haga eso cuando sabe que tiene algunas cosquillas ahí.

Para después salir de la iglesia y llegar hasta el sitio donde sería la cena. Y apesar de que hay más personas en la mesa han pasado los últimos minutos hablando entre ellos haciendo bromas, platicando.

-La comida es buena ¿no?

-Lo es, pero no me gustan los cócteles. No quiero este servicio para nuestra boda- Suelta sin pensar el ojiverde, rápidamente dándose cuenta de lo que a dicho para voltear a ver a Charlotte, quien lo observa con la cabeza inclinada ligeramente hacia la izquierda con una sonrisa analizando lo que su novio acaba de decirle.

-Lo que trataba de decir era que...

-Esta bien, H. Contrataremos a un experto en servir cócteles para nuestra boda, entonces- Contesta risueña disfrutando del pánico interno del rizado, para después inclinarse hasta dejar un beso sobre su mejilla sonrojada.

(***)

Han llegado a casa ligeramente borrachos, felizmente borrachos y desde que llegaron a casa no han parado de reír y de llenarse de besos mutuamente, se tocan por todos lados, sus piernas, brazos, espalda, simplemente aprovechando su cariñosa ebriedad con el alcohol haciendo estragos dentro de sus sistemas.

-Ven- Pronuncia el rizado jalandola hasta la cama para recostarla debajo de él y poder continuar con su agradable sesión de besos, buscando encontrar placer juntando sus labios con los labios de Charlotte. Mientras la besa sus manos vagan desde su cintura hasta su cadera, su trasero, sus pechos o su cabello, y ella hace lo mismo con sus brazos, su cuello, su pecho y su espalda, simplemente disfrutando del cariño que existe entre ambos. Así que están en una calurosa sesión de besos que él lleva hasta el cuello de la pelinegra disfrutando de su suave aroma mezclado con alcohol, este mismo siendo el culpable de que cada una de sus sensaciones se sienta mucho más nítida.

¡Joder, Charlotte!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora