Él era un buen hombre, casi sin defectos, no solo era guapo, interesante y muy inteligente. También era muy paciente, siempre cumplía con las citas, siempre llamaba y probablemente era el hombre más atento con el que hubiera salido jamás.
Era un príncipe azul, respetaba su espacio y cuando necesitaba un tiempo para estar consigo misma, llenándola de detalles todo el tiempo. Desde la primera vez que salió con él jamás volvió a tener un florero vacío dentro de casa, además de el montón de cosas que tenían en común, por algo los habían presentado.
Ahora en lo único que Charlotte puede pensar es en lo bien que habría resultado todo sí tan solo lo hubiera conocido hace algunos años, antes de todo, antes de la ruptura y los platos rotos.
Antes de Harry...
Por absurdo que fuera, en lo único que podía pensar era en que después de Harry parecía no haber nadie tan bueno, siempre encontrándose a sí misma comparándolo con Harry una y otra vez, cada vez que él se acerca en lo único que piensa es como se sentía eso cuando aún estaba junto a él.
Odiaba la sensación de sentir que nadie podrá ser tan perfecto para ella de la misma forma que Harry lo fue, porque incluso con todos los defectos y las cosas en las que eran absolutamente contrarios seguía siendo él, como sí estuvieran hechos para estar juntos, para encajar el uno con el otro llenando sus vacíos mutuamente.
Simplemente nunca había estado tan enamorada como lo estuvo de Harry, se siente culpable por seguir saliendo con alguien más, a quien no ve la posibilidad de amar algún día, pero todos insisten en que le hará bien ver a nuevas personas, incluso sí no funciona. Porque tal vez ver a gente nueva dispuesta quererla y cuidarla podría ayudarla a borrar el rostro del ojiverde cada vez que cierra los ojos.
Pero está segura de que eso no está funcionando porque su mente sigue vagando en la idea de Harry y todo lo que él representa, incluso con las cosas malas es mejor que lo que cualquiera podría darle. Porque prefería estar en su peor momento con Harry de nuevo, antes que cualquier plan con cualquier otra persona.
También detestaba saber que el hombre con el que está saliendo ahora definitivamente era alguien con quien podría encajar, no le gustaba ser tan fría y cortante con alguien que no había hecho más que su mejor intento por hacerla pasar un buen rato y era un pena que siempre que reinaba el silencio estuviera pensando en lo que estaría haciendo Harry, por hipócrita que suene no le gustaría pensar que él está saliendo con alguien más.
No quería pensar en que tal vez él no estaba pensando en ella de la misma forma en la que ella lo hacía cada mañana, cada tarde y cada noche sin cesar.
Su relación había terminado por un error o el conjunto de muchos, porque no les hacía falta amor, ni cariño, ni caricias, ni besos, ni lujuria. Todo había sido producto de una falta de comunicación, cuando el trabajo y las cosas secundarias se volvieron demasiado absorbentes y la persona que debía de ser la prioridad y el amor de sus vidas pasó a segundo plano como producto de un error, todo colapsó.
No solo ellos lo pensaban así, también las personas a su alrededor lo creían, era como sí nunca nadie hubiera visto un par de personas tan enamoradas, cuando la ruptura era reciente Harry creyó ser el más afectado, era como sí una parte de él estuviera muy lejos.
Y tal vez eso era normal teniendo en cuenta el hecho de que después de todo ese tiempo juntos estar separados parecía una idea completamente imposible, se sentía como sí su vida no hubiera comenzado antes de conocerla, no le gustaba sentir cómo incluso cuando no estaba a su alrededor, en lo único que podía pensar era ella.
En lo arrepentido que estaba por la forma en que terminaron las cosas, tal vez podrían haber ido a terapia o tomarse tiempo a solas para hablar más a menudo, y no importaba cuanto se arrepintiera la decisión ya estaba tomada y por mucho que anhelara la compañía de la pelinegra ya no había nada que pudieran hacer.