029. a little bit happier

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Las cosas simplemente no estaban yendo bien, parecía que todo iba de mal en peor, ambos ya estaban cansados, incluso preocupados por saber que era lo que estaba pasando entre ellos cuando mirarse y tener una cena juntos parecía una tarea imposible.

Pero está noche cuando él llegó a casa todo se puso borroso, o al menos así lo ve la mente de Charlotte, como sí tratara de no ver los detalles de su ya muy lastimada relación.

Él había logrado seducirla muy rápidamente, la culpa del ojiverde fue expresada en besos y caricias, todas en los lugares correctos, a sabiendas de que él tenía un fuerte efecto en ella.

Odió que fuera tan bueno y dulce, tan absurdamente romántico en cada paso asegurándose de ser el hombre más amoroso del planeta mientras le hacía el amor jurando que la amaba sobre su oreja cada segundo.

Si él no le gustará tanto no habrían terminado allí en un primer lugar, a veces odiaba mucho amarlo tanto, incluso cuando parecía que él no merecía todo ese amor.

Normalmente después del sexo siempre venía el amor y cariño desmesurado, disfrutando de las pieles desnudas para caricias y besos.

Excepto que hoy no es así, habían tenido unas semanas difíciles. Demasiadas peleas y eso ya había comenzado realmente a afectarlos, sobre todo a ella que no solo tenía que lidiar con demasiado, también era sensible y había comenzado a preocuparse.

Aunque Harry sabía que no era la solución pasar la noche juntos, lo hizo de todos modos, lo hicieron. Llevaban tanto tiempo lejos y molestos que parecía que poder hacer el amor era un avance en esa mala racha de su relación.

Incluso si no era la solución los haría sentirse mejor, porque a veces necesitaban recordarse lo mucho que se gustaban, y lo mucho que se amaban mutuamente.

Las pieles desnudas podían decirse lo que a veces las palabras con muchos intentos no podrían, pero era inevitable pensar en que tal vez todo se estaba arreglando de la forma incorrecta.

Pero ella parecía triste, incluso culpable. Él no lo sabía o solo no lo había notado, pero estaba “saliéndose con la suya” porque desde la perspectiva de ella esto solo era una solución temporal.

Siempre hacia esas cosas en las discusiones, usando el sexo y las palabras bonitas como pastillas analgésicas. Y ella era débil cuando de él se trataba, por mucho que su cerebro quisiera negarse a él, su corazón jamás podría.

Ahora se siente culpable y muy vulnerable, arrepentida de estar recostada sobre su pecho. De estar ahí después de que pasó semanas lejos y en las que hubo días que ni siquiera llegó a casa para dormir junto a ella.

¿Pero qué más podría hacer? No quería alejarlo más, se había equivocado. Odiaba que él pudiera engatusarla y seducirla tan fácilmente, sobretodo después de ser un idiota que definitivamente no merecía ningún “premio” (por decirlo de alguna forma).

Merecía ser ignorado y desplazado también, saber cómo se sentía, pero Charlotte no tenía el corazón para tratarlo así.

Él siente que ella está extraña, nerviosa. Cuando él se mueve para mirarla vé los enormes ojos de ciervo que están irritados, ella quiere llorar.

Charlotte no hacía eso, al menos no como una práctica común. Ni siquiera en el “sexo de reconciliación” en dónde ambos estaban sensibles y expectantes.

“¿Qué tienes?” Su mano se posa suavemente sobre la piel perlada de su espalda y trata de usar un tono dulce.

Odiaba que fuera tan bueno ahora. Tan bueno cuando ambos sabían que estaban lejos de tener una buena situación.

¡Joder, Charlotte!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora