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Dónde Harry es bajista de una banda, y le gusta la novia de Mick, el guitarrista.

El día no pudo haber comenzado peor, la resaca y el horrible clima matutino de Londres no lo  han ayudado, el instrumento en su espalda pesa más de lo habitual y está seguro de que está retrasado y habrá quejas por su tardía llegada al apartamento de Charles.

Ni siquiera espera el ascensor directamente empieza a correr por las escaleras hasta que llega al cuarto piso y corre hasta el final del pasillo donde torpemente busca la llave en su bolsillo y no logra ponerla dentro de la cerradura durante la menos los primero tres intentos, cuando vence a la puerta y logra abrirla llega hasta el cuarto donde suele practicar encontrando a todos sus compañeros de banda mirándolo con la misma expresión en sus rostros.

-¿Sabes qué hora es? -Realmente pareciera que Mick está a punto de entrar en un ataque de ira contra él pero Harry solamente revuelve un poco su cabello pensando en que ya debería cortarlo, definitivamente no está en el humor para soportar las rabietas de Mick.

-Lo siento, pensé que llegaría más temprano.

-Afina eso y comienza a practicar -Está ordenándole, no le gusta cuando lo hace pero en realidad tampoco va a discutir con él (de nuevo) así que se sienta en uno de los dos sofás dentro de la habitación donde comienza a afinar el bajo buscando dejar de escuchar los bufidos y quejas de Mick que salen de su boca cada pocos segundos.

A pesar de las claras tensiones el ensayo parecía ir bien  entre ellos, pasan las horas y cuando al fin el ensayo y las quejas terminan se escucha la puerta siendo abierta, a los pocos segundos escucha la de la habitación y cuando voltea es Charlotte, la novia de Mick con una bandeja de  café con una vaso para cada uno.

-¡Charlie! -Dice Charles con entusiasmo cuando la ve entrar incluso pareciera que está más entusiasmado que su novio, pero en realidad eso ha dejado de sorprenderle desde hace algo de tiempo, en su opinión "una chica demasiado dulce para un chico tan idiota" y con una sonrisa en su rostro le entrega un vaso de café a todos los hombres allí incluyéndolo a él.

-Gracias, Lottie -Agradece el ojiverde y puede ver como  su piel se eriza cuando sus manos se tocan, pero decide ignorar que de hecho su piel también se erizó al sentir la de ella.

Tiene demasiadas cosas en la cabeza como para seguir concentrado, así que solamente cierra los ojos y recarga su espalda en el respaldo del sofá, hasta que su relajación se ve interrumpida por la voz de Mick (de nuevo).

-Vamos a recoger unas cosas, ¿vienes? -Cuestiona mientras Charles guarda algunas cosas en una mochila hasta llegar a la puerta y salir.

-No, estoy cansado -Se sorprende un poco cuando Charlotte no va detrás de él y se queda sentada al otro lado de la habitación, normalmente Mick no la dejaría quedarse a solas con ninguno de ellos pero esta vez pareciera no importarle.

Sí bien normalmente sería un chico amable y entablaría una conversación, decide no hacerlo para ignorar su dolor de cabeza y realmente logra hacerlo durante unos largos minutos que son realmente tranquilizantes hasta que un suave quejido llega hasta sus oídos y no suena precisamente como una buena señal.

Cuando abre los ojos y gira la cabeza en dirección a la pelinegra logra observarla con el rostro entre sus palmas mientras rápidamente logra quitar todo resto de alguna lágrima de su rostro, pero cuando hacen contacto visual automáticamente comienza a disculparse.

-Yo realmente lo siento, no quería molestarte -Su voz está entrecortada y realmente pareciera estar luchando para poder hablarle.

-No, no me molestas. ¿Estás bien? -Su preocupación es genuina, después de todo lleva suficiente tiempo conviviendo de manera continua con ella y no es agradable verla de esa forma. 

¡Joder, Charlotte!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora