☆ BUCKY BARNES ☆ ONE SHOTS ☆

Nada fácil de conquistar - Parte 11

PROMEDIO DE PALABRAS: 3500+ (se me fue la mano)
ADVERTENCIAS: Malentendidos que terminan de la peor manera, gritos, lágrimas y dolor. ¡Léanlo hasta el final!
ESCRITO POR: PomeloVillano
N/A: *Al final del capítulo*

~•~

Confesiones

La princesa suspiró lentamente tras dar un largo sorbo a su té; Observó el pequeño barco sobre su mesa y no pudo evitar sonreír ante la idea de que uno real le pertenecía. Que alguien le había obsequiado algo tan bello e importante.
-¿Sabe qué escuché en la cocina?- Dijo Sally mientras peinaba el cabello de la princesa.
T/n negó con la cabeza.
-Las ayudantes del ala de huéspedes escucharon al príncipe James Barnes decir que está enamorado de usted, su Alteza.- Aseguró ella.
T/n inhaló con calma para evitar gritar ante aquellas palabras; A pesar de no estar muy conforme con que corrieran rumores y chismes por el castillo, este quizá era uno importante... uno que la hacía feliz.
-Sally, sabes que no me gustan los rumores y que se dediquen a murmurar por ahí.- Dijo la princesa en tono calmado. -Si terminaste de peinar mi cabello, ve a buscar a...- Tres golpes en la puerta la interrumpieron.
Sally dejó el peine sobre la mesa antes de caminar hasta la puerta y abrir.
-Su Alteza, Lord W'Kabi desea hablar con usted.- Dijo Elías.
T/n asintió levemente antes de ponerse de pie; El Lord entró en la recámara con cautela y se paró frente a la princesa. Tras hacer una reverencia, habló con calma.
-Su Alteza, el príncipe Erik, desea tener una velada con usted; Al atardecer regresaremos a Wakanda y quiere despedirse apropiadamente y agradecerle por ser una anfitriona tan gentil.- Dijo el moreno en tono seguro.
T/n asintió levemente.
-Lord W'Kabi, avise a Erik Stevens que acepto su invitación.- Dijo ella en tono cortés. -Digale que me espere en la entrada del castillo. En una hora estaré ahí.- Aseguró.
El Lord asintió levemente, hizo una reverencia y partió sin decir mas.
Sally posó una mano sobre el brazo de la princesa captando su atención.
-Déjeme terminar con su cabello, su Alteza.- Dijo ella.
T/n asintió antes de sentarse nuevamente. Una vez más, posó la mirada en el barco. Un suspiró de alegría se escapó de ella.

~•~

-¿Estás seguro que no es algo como lo de Dolores?- Cuestionó Sam luego de escuchar a Bucky.
El castaño asintió enérgicamente.
-Muy seguro.- Dijo el príncipe. -Sé que parece algo pronto, pero creo que es lo correcto.- Aseguró él.
El moreno sacudió la cabeza.
-Bien, ¿Qué estás esperando?- Cuestionó Sam. -Ella no tiene toda la vida para esperar a que vayas y confieses lo que sientes.- Aseguró. -Así que ve a buscarla y dile que quieres que sea tu reina.- Agregó.
El castaño sonrió ante aquellas palabras.
-Es exactamente lo que haré... pero debo hacer algo antes para que todo sea perfecto, ¿De acuerdo?- Dijo Bucky en tono seguro.
Sam asintió enérgicamente.
-Le diré a Carol y a Natalia que preparen tu mejor traje y pidan agua para que te quites la mugre.- Dijo el moreno antes de alejarse a toda prisa.

Bucky sacudió la cabeza antes de emprender rumbo hacia la última tarea que debía realizar.
A pesar de que nunca le gustaron los rumores, todos aquellos que aprendió en el castillo lo llevaron a conocer un poco más sobre la princesa o al menos lo que ella no decía; T/n era una persona que disfrutaba de cosas simples: Los días de sol y las flores. Gracias a los muchos y muy variados chismes, supo que ella había mandado a construir un invernadero para que las flores crecieran todo el año.
A paso seguro llegó al lugar y no pudo evitar sorprenderse una vez más por la belleza de todo aquello que la princesa tocaba; Filas enteras de un gran variedad de plantas y arbustos florales llenos de color.
Al entrar se sorprendió al no toparse con los encargados de cuidar el lugar pero si a dos personas que hablaban animadamente. Al reconocer a t/n se ocultó tras uno de los arbustos.
-Por todos los dioses, ¿Acaso ningún hombre comprende las señales que da una mujer? No nos gusta esperar.- Dijo t/n.
El castaño frunció el ceño ante aquellas palabras.
-¿Cómo estás tan segura?- Cuestionó Erik.
-Soy una mujer, Erik, sé que nos aburrimos con facilidad y que no hay nada que odiemos más que esperar a que los indecisos hagan algo.- Aseguró la princesa.