Seguimos descendiendo hasta llegar a la tierra de los faraones, Egipto.
Ra volaba ante el Helios de justicia, sabía que mi halcón había vuelto, tras siglos, a su tierra de nacimiento. Sus plumas de plata reflejaban los rayos de Helios del mediodía.
Hacia tiempo que no pisaba estas tierras... Pero tenía guardado en mi memoria el recuerdo de cuando vine aquí por primera vez...
El Nilo estaba tranquilo, sus aguas reflejaban la luz del Helios, pero no hay que olvidar de sus peligros, pues, puede que tenga las aguas cristalinas, pero las bestias que habían en ellas han acabado con muchas vidas, especialmente los cocodrilos y los hipopótamos.
—Esta es la tercera vez que vengo a este lugar— Dijo Ares.
—¿Tercera?— Dije confusa.
—Si—Respondió—La segunda fue cuando viene para ver como estabas y fue esa noche en la que estabas con Poseidón.
—¿Y la primera?
—Hace muchos siglos, muchos antes que tú vinieras al mundo... Fue en ese momento cuando huimos los Olímpicos a las tierras doradas de Egipto.
—¿Por qué tuvisteís que huir?
Justo cuando iba a comenzar hablar Ares, apareció de repente Hermes delante de nosotros.
—No quería interrumpir vuestra conversación—Dijo Hermes poniendo sus sandalias aladas en suelo firme—Podéis continuar. Por cierto ¿De qué estabais hablando?
—¿Te acuerdas de nuestra huida del Olimpo a causa de Tifón?—Ares miró a los ojos del mensajero de los dioses.
—Claro que me acuerdo, si no fuera por mi, todo se hubiera ido a la mierda—Respondió Hermes.
—¿Me podéis con la historia, por favor?
Hermes tomó aire y comenzó a narrar la historia.
—Hubo un tiempo atrás, donde el padre de las bestias se enfrentó al padre de la humanidad.
Tifón, uno de los gigantes e hijos de Gea, esposo de Equidna. Era un colosal y espeluznante monstruo alado: su estatura era tal que podía alcanzar las estrellas. Poseía cabezas de dragón por dedos y un gran número de serpientes se hallaba repartido entre sus muslos, con incluso más serpientes formando sus piernas a partir de estos.
Este ser, cuando surgió de Gea, destruyó uno de los templo de Poseidón. Y ante este acto, el rey de los mares cargó con furia hacia el gigante, midió sus fuerzas contra su oponente y se dio cuenta que era muy fuerte. Reunió fuerzas el señor de los mares y lanzó con fuerza y precisión su tridente hacia el pecho de esta horrible criatura. Haciendo que está cayera ante los pies de Poseidón, pero Tifón se volvió a levantar y atacó a dios del mar, y este fue derrotado por un fuerte golpe.
Los ojos de los olímpicos vieron el caos que estaba provocando aquel ser. Los mellizos, Artemisa y Apolo, junto con Ares, se armaron para enfrentarse a Tifón. Los mellizos acosaron a este ser con una lluvia de fechas y aprovechando la confusión, Ares se abalanzó sobre Tifón y clavó con firmeza su lanza.
Pero este, en el su forcejeó, agarró a Ares y lo lanzó violentamente contra Artemisa. Tifón tomó la lanza que tenía clavada en su espalda y la lanzó contra Apolo, travesando el hombro del dios. Estos tres dioses fueron gravemente derrotados y Tifón se dirigía decidido hacia el Olimpo.
Zeus, pidió que todos los dioses se fueran del Olimpo y buscarán un lugar seguro, para así volver otra vez al Olimpo. Muchos de ellos huyeron en forma de animales, con destino a Egipto. Esta tierra, en su forma de animal, se les reconocieron su divinidad y fueron adorados.
ESTÁS LEYENDO
Esposa de la Guerra II
RandomComo deidad, tengo en mis manos el destino de muchos grandes personajes que pueden dejar una huella en la historia. Un antes y un después, un pasado y futuro. Consciente del poder que tengo puedo hacer alguien llegue a la gloria o caiga en el olvido...