Capítulo 13

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Ferrán

Mencía llevaba sin hablarme toda la tarde. Desde que la había tirado a la piscina se había enfadado conmigo y no me había dicho nada más.

Los chicos cenamos en el salón y ellas en la cocina. Si entrábamos a por algo hacían como si no hubiese nadie.

Si que es verdad que nos habíamos pasado un poco tirandolas cuando ellas no querían, pero tampoco era para enfadarse tanto.

Después de cenar, recogimos y nos fuimos a dormir. No teníamos ganas de nada.

Estaba en mi habitación que me había tocado con Mencía cambiandome. Sólo me había puesto los pantalones cuando unos brazos me abrazaron por detrás. Se me había olvidado echar el pestillo.

-Lo siento-me dijo esa voz que tanto me gustaba.

-No, lo siento yo, no debería de haberte tirado si no querías-me disculpé.

-Es que no nos habíamos enfadado de verdad, queríamos haceros una broma. Lo siento si te ha molestado mucho-me dijo arrepentida. Me daba mucha pena verla así.

Me di la vuelta y la abracé bien. La di un beso en la frente mientras nos abrazabamos.

-No pasa nada peque-la dije para consolarla.

-¿Me perdonas?-me dijo con voz de niña pequeña y puso morritos.

-Claro que si-la dije y la di un beso en la mejilla.

-Lo siento si no he dejado que te cambiases.

-¿Vas a dejar ya de decir lo siento por todo?-la dije riéndome.

-Es que no hago nada bien-me dijo un poco tristona mientras agachaba la cabeza.

-Eh eh eso no es verdad-la dije mientras la levantaba la cabeza con mis dedos-haces todo bien. Eres perfecta.

-Jolin te quiero Ferrán-me dijo. ¿Tú quieres que me muera aquí o que?

-Y yo peque-la dije-. ¿Nos dormimos ya?

-No me apetece. ¿Vemos una peli?

-Venga vale.

Estuvimos viendo la peli abrazados. Mencía se quedó dormida en mi pecho. Yo quité la película y me dormí junto a ella.

Eran las tres de la mañana y no paraba de sonar un móvil. Era el de Mencía. Me daba mucha pena despertarla, porque estaba muy mona durmiendo, pero como fuese una urgencia...

-Mencia...-la dije en un susurro-. Eh despierta pequeña.

-¿Que pasa?-me dijo con voz de dormida. Que mona era joder.

-Te están llamando. Mira a ver si es alguna urgencia.

-Voy-miro el movil-. Es mi hermana. Me cago en su puta madre.

-Cogeselo haber si ha pasado algo.

Se quejó y luego lo cogió de mala gana. Lo puso en altavoz, cosa que me pareció extraña.

Llamada

-¿Que quieres pesada?-la dijo Mencía

-Mencía por fin joder. Ábreme la puerta-la dijo su hermana con un tono super borde. Era yo y la colgaba el teléfono.

-Uno, ¿que cojones haces fuera de casa? Dos, no estoy en casa durmiendo

-¿Tu tampoco? ¿Y se puede saber dónde cojones estáis?

-No es de tu incumbencia-ole mi chica.

-Mencia por favor. Ayer papa me castigó sin salir y me he escapado. Pero se me han olvidado las llaves dentro y no puedo entrar. Por favor no se lo digas a papa-la voz de su hermana había cambiado. Se notaba que estaba algo nerviosa.

Todo aquello que no pensamos ser [Ferrán Torres]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora