CAPÍTULO 35

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Miré detrás de Noah, encontrando a mi hermano en su estado más temible.

No sabía que hacer, estaba congelada y solo pude balbucear unas palabras que ni yo misma sabía que decían, mi mente estaba desconectada con mi cuerpo...¿Cómo podría estar sucediendo esto?, nos habíamos salvado tantas veces de que Jayden no nos viera y que lo hiciera en el momento menos indicado era una pesadilla.

—Todo estará bien —susurró Noah, acariciando mi mejilla y dejando un pequeño beso en mis labios. Todo esto delante de Jayden, sin importarle una mierda.

—¡¿Qué es esto Noah?! —gritó iracundo, eran de esos gritos que daba el entrenador.

Rápidamente escuché varios pasos detrás de mí, eran las chicas.

—Mierda —exclamaron al unísono.

—Alison y yo somos novios —soltó, así de simple, viéndolo cara a cara, estaban tan cerca que solo esperaba el momento en que empezaran a golpearse.

—¡Te dije a ti y a todos que mi hermana está prohibida! —lo empujó e hizo que Noah casi perdiera la estabilidad, no se lo esperaba—. ¡No pudiste cumplir una maldita regla! ¡las hermanas de los amigos no se tocan! ¡no se tocan!

—Se matarán —susurré, iba a ir hasta ellos, pero Olivia me detuvo.

—No lo harán, solo míralos...si quisieran pelear lo hubieran hecho en el instante en que Jayden los sorprendió, solo hay que dejar que lo arreglen.

—¿Qué lo arreglen? —inquirí demasiado preocupada—. No esperaré a que se maten a los golpes.

Mi corazón latía rápidamente y sentía que en cualquier momento me desmayaría. Esto era lo que no quería, un enfrentamiento de ellos dos por culpa de nuestra relación.

—No lo harán —rectificó Ava—. Son futbolistas y mejores amigos, son imbéciles así que no se golpearan.

Sus palabras no me calmaban, era todo lo contrario.

—En el corazón nadie manda, ¡tu no puedes decirme a quien amar! —gritó de vuelta, pero al parecer se dio cuenta y se calló. Él tenía que ser el sereno o esto jamás terminaría—. Me enamoré de Alison, la quiero muchísimo y te juro que no haré nada que pueda lastimarla, ¿crees que sería capaz, Jayden?

Mi hermano se quedó callado sin tener algún arma para responder.

—Me traicionaste

¿Con que cara era capaz de decirlo?

—Así como tú lo hiciste y creo que estamos a mano, al menos lo mío no hizo que personas inocentes sufrieran...así es el amor, repentino, jamás en la vida pensé que me enamoraría de la hermana menor de mi mejor amigo...¡no es algo que decidí!

Aun tenía en su rostro la duda, lo que me enfureció, aun estaba indignada con él por la abofeteada.

—¡Mierda Jayden! —grité, no aguantando más—. ¡Deja de meterte en mis asuntos! ¡yo elegiré con quien estar! ¡yo!

—¿Y si te pasa lo mismo?, ¡no ves que yo también sufrir... —no terminó, claro que no porque Noah se fue furioso sobre él y lo golpeó.

Ok, se descontroló todo.

Tape mi boca totalmente sorprendida, aunque mi hermano se lo merecía para que dejara de ser imbécil.

—¡¿Quién crees que soy, Jayden?! ¡¿Cómo si quieras me comparas con ese malnacido?! —lo agarró de la camisa bruscamente—. Creí que me conocías mejor, que pena no sea así.

El rostro de Jayden fue de sorpresa total y negó rápidamente. Sabía que había hablado de mas y esta vez si que la cagó.

—¡Malditasea! No fue lo que quise decir, Noah...claro que sé que jamás le harías algo así a mi hermana...solo, ¡Aaah!

—Cuando dejes de ser tan idiota, hablaremos —exclamé, agarrando la mano de Noah y llevándolo adentro de la casa, a nuestro lugar favorito, obviamente la cocina.

¿Qué esperaban? Deberían de arrepentirse.

—Creo que debería de irme, no quiero invadir tu espacio —fruncí mi ceño al escucharlo.

—¿Por qué harías algo como eso?

—Me terminaste, Alison —dijo obvio.

Entre tanto estrés olvidé la razón principal por la que mi amor había venido hasta mí.

—No...No, perdóname —susurré mientras lo abrazaba fuertemente—. Todo fue un reto de las chicas, no sabes cuanto me costó, lo siento amor —me separé y agarré su rostro—. Jamás te diría algo como eso, Noah. No te dejaré, jamás.

Una dulce y hermosa sonrisa se formó en sus labios y me quise morir. Tenía al chico mas sexy de todos en mi poder y yo era la novia mas dulce que podía existir o eso pensaba yo, da igual, de tan solo pensarlo me daba diabetes.

Dios, este hombre me había cambiado en tan poco tiempo.

—¿Hablas enserio? —morí de ternura cuando percibí miedo en su mirada—. No juegues conmigo, Walker.

—Solo un par de veces —me encogí de hombros risueña—. Pero claro que hablo enserio, ¿me crees capaz de terminar esto tan hermoso que tenemos?

—No —respondió de inmediato—. Pero deberás pagar lo que me hiciste, me sentí realmente mal y la pasé peor, no vuelvas hacerlo.

—Siempre y cuando me sigas cocinando, no lo haré.

—¿Soy tu novio o tu cocinero? Es que a veces me confundo.

—¿Por qué no ambas? —sonreí empinándome para besarlo, pero alejó su rostro—. Deja que te bese.

—No —susurró, alejando su rostro aún más. Mis pequeñas piernas no me daban para tanto.

—Deja que te bese, Noah —exclame un poco seria. No podía privarme de la entrada al paraíso.

—No —apretó sus labios para contener la risa.

¿Acaso era chistoso? Porque yo no le veía el chiste por ningún lado.

—Noah —amenacé.

—No Alison.

—¿Sabes cuantos hombres desean recibir un beso mío?

La diversión salió del chat.

—¿Qué quieres decir con eso?, ¿cuántos hombres Alison?, ¿a cuantos debo golpear? —preguntó totalmente serio. Me encogí de hombros y me separé—. Alison.

—¿Qué? si mi novio no quiere besarme...¿por qué no escoger alguno del ganado? —me estaba muriendo por dentro de la risa, ver a Noah celoso era algo estupendo...en lugar de verse enojado se veía muy...lindo, ósea no había manera en la que se viera todo lo contrario, se me hacía sexy y caliente.

—Alison, responde por favor.

—No lo sé Noah, no ando por la vida preguntando quien quiere besarme —me encogí de hombros y reí al ver su expresión—. Pero es obvio que en algún lugar hay hombres que quieren besarme, así como hay mujeres que quieren contigo.

—¿Tu pasatiempo es darme dolores de cabeza? —inquirió, acercándose lentamente hacia mí.

—¿Y si así fuera que pasaría? —amaba jugar con juego, pero si era el de Noah me quemaría mil veces si era necesario.

Nuestros cuerpos se rozaron y juraba que el ambiente había cambiado.

—Quédate conmigo esta noche.

Todo mi cuerpo vibró ante esa propuesta y una corriente aterrizó directo en mi parte baja.

Ese quédate conmigo era sin duda una noche donde ninguno de los dos dormiríamos.

Era algo que ambos ya lo deseábamos y habíamos manejado mucho estrés.

—¿Podrás con el voltaje? —susurré sensualmente.

—Yo soy el circuito...¿te olvidas? 

UN TOUCHDOWN A TÚ ❤️// [EN FÍSICO]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora