Lo que empezó como unos llamados de atención por parte de su profesor de Historia, terminaron por ser un secuestro para Jungkook de 17 años, quien no se imaginaba todo lo que su vida cambiaría al terminar el curso, y sufriría de la peor manera por p...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
****
~JungKook~
Los temblores en mi cuerpo y las lágrimas en mis ojos, apenas me dejaban ver como SeokJin venía hacia mi, en una forma de caminar tan lenta pero tan segura a la vez que me hacia temblar de miedo por el hecho de no saber que era lo que pasaba por su psicópata mente, pues en su rostro había una sonrisa tan macabra que me hacia estremecer y más aún era mi miedo al no saber lo que él ocultaba tras su espalda.
Conforme mas se acercaba, más me abrazaba a mi mismo, pues solo podía esperar de su parte una agresión física que me dejara aun mas dañado, y sin pensarlo, comencé a suplicar para que no me hiciera daño.
-Por favor no, se lo suplicó -le decía yo en susurros y entre lágrimas.
-No me haga más daño -le seguía pidiendo yo con la cara empapada en lágrimas y mi cabeza aun ligeramente oculta entre mis rodillas.
Él no dijo nada ante mis súplicas, en cambio puedo jurar que en su rostro vi algo de tristeza.. O era lastima? No tenia ni idea, pero él seguía con su camino hacia mi.
Se paro junto a la cama y me observo por unos momentos, mientras yo seguía pidiendo que no me lastimara mas, pero él no decía, ni hacia nada, su rostro era un misterio total pues en el no podía descifrar ningún sentimiento. Él suspiro pesadamente e hizo amago de mostrar lo que llevaba tras su cuerpo. Por inercia y miedo cerré los ojos y oculte lo mas que pude mi rostro. Mi cuerpo se tenso y solo esperaba algún golpe o jalón de cabello que me hiciera levantar la cabeza, pero en cambio, solo pude sentir como acaricio mi cabello y beso mi cabeza.
-Perdón -dijo él con voz quebrada al tiempo que me abrazaba.
Al escuchar su voz tan herida me sorprendí, pero al sentir su toque en mi piel, mi cuerpo se tenso aun mas, el abrazo no duro mas de unos cuantos segundos y sin decir nada más, escuche como se retiro de la habitación dejandome nuevamente solo y totalmente desconcertado por su forma de actuar.
Pasaron unos cuantos minutos hasta que pude alzar la cabeza y realmente me sorprendí al ver lo que él había dejado en la cama, a mis pies para ser preciso.
¿Rosas rojas?
Era un ramo de rosas rojas con papel negro que cubría los tallos de las mismas, eso era lo que él había dejado. Hubiera esperado cualquier cosa de él, menos un detalle así, para ser sincero esperaba algún golpe o algo que me hiciera daño, pero nunca un ramo de rosas.
Me sorprendía su manera tan estúpida de pensar, porque ¿En serio cree que trayéndome un ramo de rosas va a arreglar el daño que me hizo? Pues que equivocado estaba. Esto no es como en las historias donde el esposo golpea a la esposa y después él se arrepiente y le lleva regalos y ella lo perdona y nuevamente ella le da una oportunidad y vuelven a ser felices hasta que el esposo la vuelve a golpear y él repite el proceso de llevar regalos en un maldito bucle infinito, con golpes y regalos. No, esto no era asi, porque ni él es el esposo ni yo la esposa. No, esto era un maldito secuestro.
