Lo que empezó como unos llamados de atención por parte de su profesor de Historia, terminaron por ser un secuestro para Jungkook de 17 años, quien no se imaginaba todo lo que su vida cambiaría al terminar el curso, y sufriría de la peor manera por p...
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~Seokjin~
El detective Min me había conducido hasta una sala, donde esperaba pudiera mostrarme el motivo de por que estaba aquí, sin embargo, tan pronto como me pidió que tomará asiento, él salió y me dejó en espera sin mencionar mucho al respecto.
Había intentado mantenerme en total calma, pues sabía que cualquier conducta sospechosa la policía podía tomarla como evidencia, sobre todo conmigo, ya que sabía que Min en verdad se aferraba en culparme por algo que sí había hecho, pero que me negaba a aceptar ante él o cualquiera, pues eso implicaba que tendría que dejar a Jungkook, y eso nunca iba a pasar.
Así que, después de un rato de espera, intente mantener todo bajo control mientras analizaba todas las variables de lo que podía suceder y como debía afrontarlo; cuando de pronto el movimiento de la puerta al ser abierta tomó mi atención y vi al detective Min entrar, y quien apesar de su baja estatura camino fingiendo una seguridad carente e intentaba infundir miedo y nerviosismo en mi; algo totalmente patético para alguien de facciones ridículas y estura de elfo.
Lo mire a los ojos en todo momento al acercarse, sin embargo él desvío la mirada dos veces hacia el espejo que se encontraba en la pared; desde el primer momento en que entre aquí supe que esta era una sala de interrogación, sin embargo no había esperado que en verdad el infeliz fuera a interrogarme, había creído estúpidamente que solo estaba amenazandome, sin embargo ahora entendía que no era así y ahora debía actuar con mayor cautela.
Además que dada su actitud, era claro que habia alguien mirando del otro lado, y eso me parecía peligroso pues como ya lo había mencionado, cualquier actitud sospechosa o movimiento involuntario puede tal vez no ser notado por Min, pero si por quien sea que esté fuera mirándonos.
Min se mantuvo de pie y dando rondín por todo el lugar en todo momento, no se sentó ni me dio la cara, lo que solo me dejo claro que yo en verdad le ponía nervioso; y no iba a negarlo, me causaba gracia.
Mientras tanto, Min se encargo de preguntar, y yo de responder cada pregunta sin vacilar en ningún momento, sin embargo llego un punto en el que las preguntas comenzaron a parecer estúpidas de lo repetitivas qué estaban siendo, y sin mencionar que en realidad no parecía estar buscando decirme nada respecto a la supuesta evidencia que me involucra, así que debía decir que comenzaba a perder la poca paciencia que tenía.
Sin embargo, me tomo por sorpresa cuando Min volvió a salir del lugar sin avisar, por lo que en ese momento mi calma se fue a la mierda, pero no era estúpido, tenía que controlarme, así que me quedé en mi lugar y gire mi cabeza para mirar el espejo qué había por el costado, no lograba ver nada mas que mi reflejo con facciones duras y serias, sin embargo, a pesar de eso, podía sentir que había alguien detrás que mantenía su mirada fija en mi, y no iba a negarlo, mire el espejo como si pudiera ver atravez de el.
No paso mucho tiempo cuando un viejo televisor de caja, que ni siquiera había visto, se encendió, dejando ver una imagen completa azul en toda la pantalla, sin embargo, al no tener nada de relevancia, pronto deje de mirarlo y solo me concentre en mirar hacia la puerta esperando a que el idiota de Min entrará y me dijera de una buena vez que demonios pretendía al hacerme perder mi tiempo, y tal y como espere, no tardó en entrar y mirarme, aunque a este punto, yo realmente me había quedado sin ganas de ser amable, así que tan pronto como lo vi, me levante de mi asiento dispuesto a dejarle en claro la escoria que era.