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~SeokJin~

Había manejado ida y vuelta a un pequeño restaurante que se encontraba a algunos veinte minutos de distancia porque mi ángel y yo necesitábamos comer algo después de un viaje tan largo y agotador, sobre todo para él, pues ahora que nos habíamos instalado en el almacén, propiedad de mi amigo Yeol, no teníamos manera de cocinar por nuestra cuenta, así que, si bien esperaba que Jungkook despertará pronto, la verdad era que no espere que lo hiciera en mi ausencia, pues tan pronto como entre al enorme almacén, pude darme cuenta que él ya se encontraba consciente, sin embargo lo que no había esperado era que estuviera llorando, sin embargo inmediatamente pude saber el motivo de su llanto y de su tristeza, ya que con alegría recordaba como con sus propias palabras me había pedido que no lo dejara nunca; así que viendo el estado en el que se encontraba, era fácil deducir qué al despertar y verse completamente solo, se asunto, sin embargo lo que él aun no entendía, era que yo jamas lo dejaria, nunca me iría de su lado ni él del mío. Jamás dejaré que se alejé o que alguien intente siquiera alejarlo de mi lado. Nunca lo permitiré. Él es mío.

Mientras camine en su dirección, pude ver el miedo en su mirada, y entonces solo pude pensar en que esperaba que no tocará el tema del imbécil que se atrevió a tocarlo; y no por él, sino por mi, pues cada que lo recordaba, la ira hervía en mis venas, y de hecho agradecía haberlo matado y dejado tirado como un perro lleno de sarna.

Sin embargo, Jungkook parecía tentar mi paciencia, pues de inmediato pregunto por el imbécil y además mostró una preocupación genuina por él, y eso me hizo rabiar porque simplemente no podía creer que se preocupara por ese pedazo de mierda, no después de haber tratado de hacerle daño, sin embargo así era él, siempre mostrando compasión por quienes no lo merecían.

Y cuando entendió que él imbécil había muerto, comenzó a alterarse al punto de hacerse daño, por lo que para tranquilizarlo, simplemente le mentí al decirle que el pedazo de mierda se encontraba bien, y en parte era cierto. Ya había acabado su miserable vida, y decían que con la muerte llegaba el descanso eterno ¿no? Así que entonces él estaba mas que bien.

Jungkook tardó un par de minutos para regresar en si, lo cual me permitió mantenerme a su lado hasta que pudo estar tranquilo, sin embargo debí predecir qué no iba a quedarse en paz, pues tan pronto como pudo hablar sin llorar y temblar, comenzó a cuestionarme una vez más sobre su madre y amigo, sin saber que en realidad ellos no están, ni han estado nunca conmigo, sin embargo que haya tenido ese sueño, o tal vez delirio, me estaba permitiendo tener un mejor control sobre él, pues tan solo me basta con decirle o insinuarle que haré algo en contra de JungHyun y el joven Park Jimin, y Jungkook hace lo que le pido sin oponer más objeciones, tal y como lo hizo en el momento en el que le pedí de la manera mas amable que comiera un poco, sin embargo como era su costumbre, se negó, por lo que tuve que verme en la necesidad de amedrentar su rebeldía con el biniestar de su madre y amigo, aun y cuando yo no podía tocarles un solo cabello. Aunque era claro que era algo que él desconocía y que yo aprovecharía, pues aunque no me gustaba la idea de tener que mentirle, era lo mejor, así evitabamos mas conflictos que pudieran terminar violentamente para él.

Secuestrado por mi profesor  // JinKook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora