Lo que empezó como unos llamados de atención por parte de su profesor de Historia, terminaron por ser un secuestro para Jungkook de 17 años, quien no se imaginaba todo lo que su vida cambiaría al terminar el curso, y sufriría de la peor manera por p...
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~SeokJin~
La noche pasaba lenta, no había podido dormir ni un poco por mas que lo quise hacer. Mantenía mi mente trabajando demasiado rápido, como para haber podido pegar el ojo.
Irene, mi esposa, dormía a mi lado sin siquiera imaginar lo que por mi mente pasaba. Toda mi vida la veía frente a mis ojos y siempre llegaba a la conclusión de que Jungkook tenía que ser mío sin importar cómo.
Y entonces los recuerdos me volvían a invadir con brusquedad, era un hombre de 33 años, casado y con un hijo que nunca quise, por supuesto que ahora lo amaba, era mi hijo, sin embargo tenía que admitir que había sido el causante de que ahora este en esta situación, aunque por otro lado, si no hubiera sido porque trate de huir lo más que pude de ellos, Irene y SeokHo mi hijo, mi madre jamás me hubiera pedido que aceptará el puesto de profesor, y por ende, jamás hubiera conocido al amor de mi vida.
Sabía que las cosas siempre pasaban por algo, pero en mi caso, eso se remota a años atrás, cuando por idiota me deje llevar por las órdenes de mi padre e ir a una fiesta que él organizaba, una en la que había muchos invitados, entre ellos Irene, y en la qué estúpidamente quedé ebrio hasta la coronilla y me metí con ella, y en la que por desgracia quedó embarazada; por supuesto su padre hizo el mayor de los escándalos y como si hubiéramos estado en el siglo XIX, persuadió a mi padre y ambos me obligaron a casarme con Irene, en un principio trate de amarla, pero por más que lo intente, no pude, no la amaba y no la iba a amar nunca, y lo peor es que en todos estos años nuestra vida solo se hizo costumbre, nunca hemos sido felices y nunca lo seríamos, pero eso ella no parecía entenderlo.
Pero la vida da muchas vueltas, y después de tanto martirio a lado de Irene, al fin había podido encontrar a quien iba a amar por el resto de mi vida. A quien se había metido en mi corazón sin permiso y que se había adueñado de él, y por el que no me importaba hacer locuras, lo amaba y eso era todo lo que había que entender. ....
Después de un rato, el despertador sonó puntual a las 6:00 a.m, sin saber que yo ni siquiera había podido dormir.
Nomás escuché el despertador y la energía se apoderó de mi cuerpo, hoy al fin terminaba el curso y con ello, comenzaba mi nueva vida.
Había repasado el plan mil veces en mi cabeza y estaba listo, estaba más que listo para ser feliz. Me levanté de la cama y me dirigí al baño, me di una ducha caliente, para después comer el desayuno que Irene preparaba para mí.
Me sentía feliz que incluso Irene me preguntó que a que se debía mi buen humor, por supuesto que ni de broma se lo diría, sin embargo cuando lo pregunto, todo mi plan vino de nuevo a mi mente.
Hoy era el último día de clases, y gracias a dios la última clase sería para el grupo de Jungkook, él y yo teníamos una plática pendiente, además de que yo aún conservaba su teléfono conmigo, eso lo obligaba aún más a esperar por mi plática, la cual sería en mi despacho pues para hacer lo que tenía planeado, debíamos estar solos; así que una vez que estuvieramos a solas, podría dormirlo y preparlo para después llevarlo al que sería su nuevo hogar, este por supuesto estaba muy alejado de la ciudad, y era perfecto, antiguamente lo utilizaba con amigos en la universidad cuando hacíamos fiestas y no queríamos ser fastidiados, pues era una cabaña construida muy adentrada en el bosque y la cual estaba rodeada por el lago, pues era una pequeña isla enmedio de toda el agua del lago, y a la cuál solo podías llegar por medio de bote o si sabías nadar muy bien.