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~SeokJin~

No había tenido ningún inconveniente en recoger las llaves de la bodega de Chanyeol, mi buen amigo, por lo que caminaba de vuelta en dirección a mi auto mientras pensaba en Jungkook, cuando comencé a escuchar gritos de ayuda, a decir verdad no me extrañaba mucho que las personas por aquí fueran asaltadas a diario, por lo que continue mi camino, incluso si los gritos se escuchaban cada vez más cerca. Estos se detuvieron por unos momentos, lo cual solo me hizo pensar en que tal vez ya habían robado todas las pertenencias del pobre imbécil que pedía auxilio, sin embargo al continuar caminando, los gritos volvieron a escucharse más cerca y sin poder creerlo, reconocí la voz de Jungkook qué pedía por ayuda.

Inmediatamente la sorpresa y las ganas de querer destruir absolutamente todo a mi alrededor me invadieron con violencia, quería matar a quien se estaba atreviendo a tocar lo que es mio. En los barrios bajos no había distinción, podían ser hombres y mujeres los que ejercían la violencia contra los demás, por lo que podía esperar lo que fuera.

Rápidamente salí corriendo en dirección a donde escuchaba los gritos de desesperación pidiendo ayuda, sin embargo mientras más lo escuchaba, más deseaba terminar con la existencia de la o el desgraciado.

En el camino encontré un tubo oxidado, lo tome y corrí aún más hasta llegar a lo que parecía ser un callejón, deseaba poder llegar y matar a quien fuera que estuviera con Jungkook, sin embargo sabia que era un barrio peligroso y que cualquiera podía llegar a tener un arma blanca o incluso de fuego, y lo menos que quería era que le hicieran daño a Jungkook por llegar así como así.

Al asomarme por completo pude ver a un solo hombre de espaldas a mi, mantenía algo, o mejor dicho a alguien de rodillas frente de él. Y por si propio bien esperaba que no estuviera haciendo nada de lo que yo creía, pues si no, podía dar por hecho tener una muerte segura.

Sentí el enojo corriendo por mis venas, incluso sentí la cabeza arder en irá, pues mientras yo me acercaba ansiaba sacar todo esto.

Con el tubo en mi mano golpeé la pared, llamando la atención del imbécil al que iba partirle la cara si no soltaba a Jungkook, quien grito al escuchar el estruendo.

Inmediatamente le pedí que soltara a Jungkook, sin embargo cabo su propia tumba al responder de la manera mas grotesca que pudo haber hecho jamas en su maldita y asquerosa vida, haciéndome rabiar del coraje, pues nadie iba a tocar lo que es mio y salir ileso en el proceso.

Con sus palabras me hizo saber que en verdad deseaba su muerte, evitando qué sintiera cualquier sentido de empatia por lo que haría a continuación.

Corte la distancia con rapidez y tomando con fuerza el tubo en mis manos, lo estrelle con firmeza en las piernas del imbécil. No pensé en absolutamente nada cuando los golpes salían disparados con el arma en mis manos, al principio quiso defenderse, sin embargo estaba tan cegado por la ira que no pensé mucho en que en verdad estaba causando daño, y no solo a él sino a Jungkook, quien a pesar de no pensarlo demasiado, no huyó, solo se quedo en un estado de shock presenciando como golpeé con todas mis fuerzas al imbécil qué quiso hacerle daño.

Secuestrado por mi profesor  // JinKook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora