▫️ Capítulo 18 - Voces - ▫️

48 34 12
                                    

Esto no podría ser más confuso ¿qué hacen todos bloqueando la puerta? ¿cuál es la ocasión? claro si es que hay una ocasión especial y no me contaron.

—Dylan, tenemos una sorpresa para ti. —Isobel llama mi atención acercándose a la manija de la puerta.

—Gracias, pero estoy bien. No necesito sorpresas.

—¡Ah! disfruta un poco. Hicimos lo que pudimos para hacer que esto suceda, tú has hecho mucho por nosotros y queremos devolverte el gesto. —Jordan abre la otra puerta junto con Isobel.

Un hombre de cabello oscuro, tono de piel clara, gruesas cejas y ojos azules. Deja las maletas a un lado.

—¡Sorpresa! —exclama abriendo los brazos y con una asombrosa alegría.

—¡¿Papá?! —puedo ver la conmoción en su rostro.

—¡Dylan, te extrañe hijo! —se acerca a él y lo abraza.

—Eh, si yo igual —dice dándole unas palmadas—, pero ¿no se supone que estarías en Bulgaria hasta agosto?

—Tienes razón —se quita la chaqueta y la cuelga en el perchero—. A menos que decidiera a último minuto venir a ver a mi hijo.

—¡Qué bueno que estés aquí! pero papá, viniste en un mal momento —Su padre saluda a Jordan e Isobel y finalmente a Élise.

—¿Qué estupideces dices? claro que no. Vine en el momento justo, tu cumpleaños se acerca, me atrevería a decir que está a la vuelta de la esquina.

—Sí, tienes razón, dije una estupidez. —me toma de la mano—Papá, ella es...

—Si, si, si —alza la mano restándole importancia—. Después hablamos, necesito almorzar, esas horas en el avión fueron horrendas.

—Por supuesto. —me mira frunciendo el ceño. Me está tratando de decir algo, pero no sé lo que es.

Apenas que vemos que entra con los demás, caminamos a una esquina, lo más apartado de la entrada de la cocina.

—Eso fue raro ¿tú sabías que vendría?

—No, estoy tan sorprendido como tú. No esperaba que se apareciera.

—¿Y hay algo mal con que tu padre esté en tu cumpleaños? no pienso que sea malo.

—Oigan —nos volteamos al escuchar la voz de Élise—, dense prisa, no querrán perderse del postre —nos avisa.

—En un segundo vamos. —le contesta Dylan. Ella regresa a la cocina—Escucha, él es un buen padre a pesar de que algunas veces me saque de quicio. Es un tipo complicado. Te explicaré mejor después.

Asiento y ambos caminamos a la cocina.

Luego de tres horas llenas de historia y también chisme, Dylan me lleva a su cuarto.

—¿Quieres tener una cita esta noche?

—Me encantaría ¿tienes algo planeado?

—Sí, lo tengo. —me guiña el ojo—Si me preguntas qué es lo que haremos, no te lo diré.

Ruedo los ojos. Será una buena sorpresa para mí.

—Bien, no tengo problema con que no me digas. Siguiendo con el tema que habíamos hablado —suspiro y quedo viendo sus ojos—, me dijiste que me explicarías mejor, es hora.

Dylan niega con la cabeza. Me da un beso en la mejilla, muerde la oreja y masculla:

—Te explicaré, pero te haré esperar... un poco más.

EL VÍNCULO ETERNO © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora