DYLAN
El mapa tendido sobre la mesa me da a entender que tenemos una sola oportunidad, y sí es así. Jordan, Isobel, junto con Sterling y mi madre, están analizando cada ruta y diciendo lo que podrían y no podrían hacer con cada una. Una cucharada de macarrones con queso se adentra a mi boca y mis oídos escuchan atentos a sus planes y demás comentarios. Emma se encuentra en acostada boca arriba en un mueble con sus manos encima de su estómago. Jordan me pregunta qué pienso sobre tomar la ruta al este, y lo que le digo ahí es que, cómo va a preguntarme si soy principiante en este campo en particular. Un gruñido de fastidio me hace parar de comer mi comida, y también los hace detenerse a ellos y mirarla a Emma.
—¿Podrían callarse por un momento? la criatura en mi vientre necesita silencio, al menos por tres o cinco minutos.
—Ay, querida, lo sentimos mucho. —expresa mamá mientras le entrega una sonrisa—¿quieres que te ayude con algo?
—Muchas gracias, señora Martin, pero me encuentro bien por el momento. Escuchen, ¿por qué no solo vamos allá y vemos que surge?
—Ella tiene razón, además, buscaremos a mi prometida, no es que nos quedaremos un mes allí.
—Dylan, es...un poco complicado que eso, no podemos ir y ya está. —me responde Isobel con su hija en brazos.
Miro al frente y encuentro a Emma con sus manos en su cabeza.
—No tienen que planificar todo ¿lo sabían? —dice ella sin vacilar.
—No es planificar, Emma —Sterling empieza a hablar: —, es analizar lo que nos conviene y lo que no.
—Sterling, por favor, no es que esté en contra solo digo que...
—Emma, hazle caso a tu novio ¿podrías? ya tenemos suficientes cosas en la cabeza como para que nos digas aquello.
—Discúlpame Jordan, pero no sabes con quién estás hablando. Sterling no ha estado en el infierno, pero yo sí. Si me dejaran...
Él pasa sus manos por su cabello rubio oscuro y sus ojos azul oscuro me miran, esperando quizás una opción para una respuesta. Su vista se vuelve a ella y hacen contacto visual.
—No, Emma, lo siento mucho, pero haremos esto de la manera en la que la sabemos hacer. En verdad, te lo agradecemos.
—De acuerdo, pero después no se quejen de que no saben lo que hacen.
Pasa junto a mamá. Yo me levanto y miro a Sterling que sigue pendiente en los mapas y en lo que Jordan e Isobel le dicen. Él no irá, al menos no ahora, entonces es mi turno.
Mientras mis pies agarran velocidad y paso junto mamá, ella me dice:
—Dylan, déjala ir ¿sí? necesita tiempo.
—¿Tiempo? no, mamá, yo pienso de forma igual, deberíamos intentar que tanto Jordan como tú la escuchen. Pienso que ella necesita a alguien con quién hablar, necesita que alguien la escuche sin decir ni una sola palabra, sé que va a estar cómoda conmigo.
—¿Piensas que estará cómoda contigo?
—Claro. Es mi mejor amiga, no tiene que escuchar sus comentarios del asunto sola porque ustedes no confían en lo que les dice, sabes, ni siquiera creo que confían en ella en el sentido de la palabra.
Mis pies apenas dan un paso. Ella me agarra fuerte del antebrazo. Me giro a mirarla, ella frunce el ceño y salgo de la sala, y voy a la cocina y lavo mi plato. Reviso la habitación de Allie, sin embargo, no está ahí para mí sorpresa. Emma a veces se va a su habitación porque esa solía ser la suya antes, hace mucho tiempo atrás. Giro a la habitación de Sterling, que también es la suya, y toco la puerta. Ella me dice que pase adelante. Cierro la puerta tras de mí. Ella está sentada en el centro de la cama con las rodillas pegadas a su pecho y sus manos abrazando las pantorrillas. Sorbe por la nariz y exhala por la boca, tratando de no derrumbarse.
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EL VÍNCULO ETERNO ©
ParanormalAllie Jensen, de dieciocho años, es una estudiante de primer año en la Universidad de Massachusetts Boston. Ella, junto a sus mejores amigos: Stefan y Sarah conocen a un muchacho: Dylan Martin. Allie y Dylan se vuelven amigos con el pasar de las se...