XXVI. QUE HUBIERA PASADO...

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Un mes después.

• Cerdeña, Italia •

( . . . )

ALESSANDRO LEONE:

Elena no deja de moverse mientras intento vestirla. Está pequeña desde que descubrió el gateo me complicó la tarea paternal.

Finalmente luego de miles intentos logro terminar. Solté un suspiro de alivio al dar por hecha la primera tarea del día con esta niña.

La primera de muchas tareas.

La cargué en mis brazos y bajé al comedor. Nana se había ido de vacaciones así que tenía muchas cosas sobre mis hombros durante una semana.

—Buen día, hermano —saludó Franchesca, ella se había ofrecido a ayudarme con Elena—. ¿Cómo va todo?

—Bien, aunque cierra inquieta niña no me facilita las cosas. —dije, mirando a mí hija quien sonreía en mis brazos.

—No le digas eso a mí pequeña sobrina.

Franchesca caminó hacia nosotros y tomó a mí bebé en sus brazos, Elena sonreía ya que adoraba a su tía. Teníamos que dar un paseo por la isla.

Dejé la papilla en la mesita mientras Franchesca sentaba a Elena en su silla. Empiezo a darle de comer poco a poco también alternando para lograr comer yo.

Ella mueve su cabecita de un lado al otro cuando empieza a sonar una canción... Esa canción... Suavemente... La canción favorita de Elizabeth. Fue un cambio brusco de ambiente.

« ¡ERES UN HIJO DE PUTA! »

Cerré los ojos al recordar la última vez que hablé con ella... Ni siquiera pude decirle la verdad... Lo que había ocurrido realmente... Ni siquiera pude decirle que la amaba más que a nada.

—Pa... —la vocesita de Elena me volvió a la realidad.

—¿Quieres más, mí amor?

Llevé la pequeña cuchara a su boca y ella comió con ganas.

—¿Estás bien, hermano?

—Si, lo estoy —le sonreí—. Solo... La canción.

—Ella siempre la bailaba —soltó una risita—. ¿Recuerdas cuando intentó enseñarme a bailarla? ¡Era una madera al lado suyo!

Reí, —. Si, fueron muy buenos momentos.

Y yo tuve que cagarla. Yo y mis mentiras.

Hubiera deseado que las cosas fueran diferentes, hubiera deseado conocer a Elizabeth en otros momentos, quizás un tiempo antes... Hubiera deseado hacer las cosas bien desde el inicio.

Desde el inicio.

Desde aquel día en el que conocí por primera vez a Rebecca... Que todo hubiera sido diferente... Todo. Empezar de cero.

( . . . )

¿

Que hubiera pasado si aquel día...?

¿Y si ella jamás hubiera llamado mí atención?

Siete años atrás

• Nueva York, Estados Unidos •

Apenas habíamos aterrizado en Estados Unidos y ya todos  estaban emocionados con el conocer a la novia de mí hermano mayor Stefan.

VERDADES DOLOROSAS [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora