XXX. EN MIS BRAZOS.

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Dos meses después.

• Cerdeña, Italia •

( . . . )

ALESSANDRO LEONE:

Trato de tranquilizar a Elena luego de una larga noche en la que no pudo dormir. No tiene fiebre, ni dolor de panza, solo ha estado molesta desde hace unas semanas.

Es como si tuviera berrinches todos los días.

Me muevo de un lado al otro con ella en mis brazos, intentado calmarla.

—¿Que pasa, hija? —susurré, acariciando su cabecita—. ¿Que te molesta, mí amor? 

Elena ha sido una bebé muy tranquila, jamás hizo tantos berrinches como ahora. Cumplió nueve meses no hace mucho tiempo y se volvió muy complicada.

Nana llega a nosotros un juguete.

Al tomarla Elena lo avienta contra el suelo y vuelve a abrazarme.

—¿Que tiene? —preguntó.

—No tengo idea, Nana —dije, entrando en desesperación—. Ya no se que hacer.

—Parece que algo le estuviera molestando.

Después de varios intentos fallidos tuve que llamar al Chamán para que la revisara. Quizás el podía detectar algo que nosotros no.

Llegó rápidamente. Logró dormir a Elena y nosotros salimos junto a él hacia la sala de estar.

—¿Que es lo que tiene mi hija? —pregunté.

—No parece estar enferma, ni herida —dijo—. Pero está nerviosa y molesta, algo inusual en una niña de nueve meses.

—¿Que es lo que puede estar haciéndole eso?

—No tengo la menor idea aún —fue sincero—. Quizás solo sea una etapa, los bebés a menudo son muy rebeldes a su edad y van adoptando un comportamiento diferente.

Así dió algunas recomendaciones para tratarla.

Le veía dormida en su cuna, arropada con su mantita. Estaba atento a su respiración, constante y segura, sentía miedo a que se detuviera.

Ella era lo único que me quedaba de Elizabeth.

Un bello recuerdo que amaré por siempre... Mi niña.

Volví a mi habitación para, luego de un baño, irme a dormir. Observaba el techo sintiéndome, ahora yo también, nervioso. Algo estaba poniendo nerviosa a Elena y ahora a mí.

Cerré mis ojos y dormí, cosa que no duró mucho... La imagen de un dragón negro volando al rededor de mi casa abordó mis sueños...

El mismo dragón que apareció en la ceremonia de Elena... Su enemigo.

Este voló y se detuvo en la cima para luego empezar a caer en picada sobre mí soltando un fuerte y ensordecedor rugido.

Terminé sentado en mi cama luego de un sobresalto. Ya había amanecido pero parecía que no había dormido nada por lo pesado que se sentía mí cuerpo.

VERDADES DOLOROSAS [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora