( . . . )
ALESSANDRO LEONE:
« Tenía que mantener lejos a Donnato »Por mi mente solo pasaba eso mientras me miraba al espejo acomodando mí traje. Hoy era finalmente el baile de compromiso.
Al mirar hacia la ventana vi como todos terminaban los últimos detalles de la decoración. Creía que este día sería el más feliz de mí vida junto a Rebecca pero me estoy condenando.
Escuché como la puerta se abría. Me volví hacia ella encontrándome a mí padre, me miró con una sonrisa de arriba abajo.
« Orgullo y emoción »
Era lo que notaba en sus ojos. Se acercó a mí colocando sus manos en mis hombros.
-Hijo mío. Por Dios -asintió-. No puedo creer que este día haya llegado tan pronto.
-Llegó, papá -le sonreí-. Voy a presentar a mí prometida.
-Te estás convirtiendo en hombre. En un hombre de familia.
Mí padre saco del bolsillo de su chaqueta una pequeña caja negra. Al abrirlo dejo ver un anillo de plata con un águila grabada.
Era parte de la tradición.
Una vez que un hijo o hija se comprometía, su padre le regalaba un anillo con su animal espiritual tallado en el material del cual este hecho.
-Creí que jamás te casarías hijo -soltó una carcajada.
-Ahora estoy aquí, en mí baile de compromiso -sonreí, sentía que mí corazón se estaba desgarrando-. Solo quiero hacerte sentir orgulloso, papá.
-Te casas por amor, hijo mío. Como tu madre y yo... ¿Que más puedo pedir?
Sacó el anillo de la caja y tomo mí mano. Lo llevo hacia mí dedo anular izquierdo y allí lo deslizó quedando perfectamente. Le sonreí y él a mí.
¿Que pasaría si toda la verdad se descubría?
Rebecca y yo moriríamos. Pero mí padre y mis hermanos sufrirían. Le traería deshonor a la familia y a su apellido, el tan respetado apellido Leone.
Decepcionaría a mí padre, la persona más importante de mí vida luego de mí madre. Pero no podía negar el amor que sentía por Rebecca. En cuanto tuviéramos la oportunidad de huir lo haríamos bien lejos.
Tendríamos nuestra vida. Cada quien aquí seguiría con la suya, quizás hasta Elizabeth se enamoraría de Stefan y serían felices.
-Ey... -Stefan entro en la habitación-. Todo bien pero ya es hora del baile.
-Enseguida vamos, hijo -respondió mí padre y se giro hacia mí-. ¿Estás listo, muchacho?
-Si, lo estoy -mentí.
Inhale y exhale antes de salir de la habitación.
Bajamos las escaleras dónde ya habían varias personas, incluyendo a Rebecca quien disimula lo enrojecidos que estaban sus ojos.
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VERDADES DOLOROSAS [En Edición]
RomanceUNA MENTIRA PARA MANTENER APARIENCIAS. Una joven dulce, inocente y pura, que cometió el peor error de una mujer... Se enamoró del hombre equivocado. La inocencia que se convierte en odio. Un odio que viene con venganza. Y una venganza que se convier...