Capítulo 11

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🌙 Aullidos de Amor 🌙

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Capítulo 11

Una semana después

Naruto caminó lentamente por la parte delantera de la cabaña, desde hacia una semana estaba controlando el terreno a las primeras horas de la mañana, antes de que llegarán los muchachos con la camioneta. Hasta ahora, no había encontrado señal de algún hombre lobo por las inmediaciones, pero nunca era malo asegurarse.

Más vale prevenir.. se decía.

Agradeció que Hinata se hubiera ido hacia casi un mes. Sin ella cerca podía pensar con más claridad y más tranquilo. Desde hacia unas semanas, estaba marcando el terreno como suyo, en forma humana y en su forma de lobo por las noches. Esa era una de las soluciones que había llegado junto con Kakashi. El hombre se había ofrecido para ayudarlo a marcar el terreno, cosa que en un principio Naruto había aceptado. Resulta que su lobo tenía algo que decir al respecto.

La primera noche que Kakashi y el se transformaron, su lobo se volvió contra el de él, atacando por el terreno de la hembra. Su lobo no quería compartir. Kakashi tuvo que someterse para no salir herido, su lobo iba con todas las fuerzas, dispuesto a matar para marcar sólo él el terreno. Naruto no había podido controlarlo, con la época de celo tan cercana y la luna en su punto máximo, su lobo tuvo el control esa noche.

Tuvo que prescindir de Kakashi por unos días mientras el hombre se recuperaba del ataque, Naruto se sentía muy culpable.

Él se detuvo con un suspiro mientras miraba las persianas metálicas en las ventanas. Sus dedos tocaron el metal frío y mojado por la helada, estando seguro que el material aguantaría la fuerza de un oso, pero sin saber si aguantaría la de un hombre lobo en celo.

El ruido de una camioneta le hizo volverse con lentitud, estando seguro que vería a sus chicos llegar. Sus ojos se agrandaron cuando vió que era la camioneta todo terreno que había usado Hinata la ves que había llegado al pueblo. Naruto afiló su mirada, viendo a la mujer manejar con anteojos de sol oscuro como si llegara a la playa. Sintió la inquietud de su lobo en su interior y su miembro de endureció con la sola idea de verla de nuevo. Agradeció tener un largo tapado que ocultaba su poco control.

Naruto metió las manos en los bolsillos de su tapado mientras Hinata estacionaba la camioneta. Antes de que él pudiera moverse, ella ya había abierto la puerta y bajado de un salto.

Sintió como sus garras crecieron y agujereaban su palma al apretar los dedos en puños. El perfume de vainilla llegó a él como un golpe directo a su naríz y gruñó bajo cuando su polla se agitó en sus pantalones ajustados. Se pasó la lengua por las encías cuando sus colmillos empezaron a doblar su tamaño. Su lobo aulló llamando a la hembra para aparearse, y él endureció cada músculo para no transformarse al frente de Hinata.

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