Hinata vuelve a la propiedad de su abuelo cuando se entera que le ha dejado la hermosa casa del bosque. Cuando era pequeña había tenido una mala experiencia allí, pero está convencida que sólo había sido su imaginación de niña jugando con su conscie...
Se sentía algo pesada, como si hubiera dormido demasiado y también algo adolorida, su cuello se quejaba. Probablemente había tomado una posición extraña cuando se durmió profundamente. Ella parpadeó, intentando despejar la neblina del sueño, pero aún se sentía cansada, como si en realidad no hubiera descansado nada. Giró su cuerpo mientras abrazaba las sábanas y frunció un poco el ceño al sentirlas extrañas.
No abrió los ojos, pero notó que estaba desnuda bajo las sábanas. Ella no recordaba haberse sacado el camisón.
Mientras estaba media dormida, recordó su extraño sueño. Más que un sueño, una pesadilla horrible. Tuvo un destello de recuerdo de un profundo dolor en su pierna y se sentó de golpe, apretando la sábana en su pecho.
¿Había sido un sueño? Se preguntó mientras apartaba las sábanas de su pantorrilla para verla. Frunció el ceño a no ver señal de nada,sus brazos se pusieron en piel de gallina mientras un escalofrío bajaba por su columna. Se estremeció.
Su ceño fruncido permaneció mientras podía sentir el olor a café recién hecho en su nariz. No solo eso, el olor a madera quemándose y también un profundo olor... Aunque no podía identificar a qué.
El sueño voló lejos mientras, también, pudo escuchar pasos amortiguados. Su cabeza giró a la dirección del sonido, era la cocina. Y algo muy extraño paso...
Ella gruñó.
Sus facciones se llenaron de sorpresa y se asustó un poco. Su corazón se agitó mientras sentía un extraño hormigueo en su cuerpo. Pero no pudo llegar a ninguna conclusión cuando la puerta de la cocina fue abierta.
Casi pierde la sujeción de las sábanas cuando vio a Naruto en la puerta, con una taza blanca en sus manos. Hinata parpadeó lentamente, bajó la mirada a la taza, notando el vapor que subía lentamente desde allí. El olor a café le golpeó más fuerte, pero ella estaba muy lejos para sentirlo. Volvió a fruncir el ceño.
—Hola Hinata.
Naruto se mantuvo parado allí, mirándola fijamente y ella se preguntó qué diablos estaba haciendo allí.
—¿Por qué está aquí?— le preguntó. Ella se aclaró la garganta cuando su voz salió más profunda de lo que generalmente era—. ¿Qué hora es? ¿Por qué estoy desnuda?— ella entre cerró los ojos sobre él —¿Volvimos a tener sexo?
Naruto perdió parte de la tensión de su cuerpo, él le sonrió de costado, haciendo que sus pezones se pusieran duros bajo la sábana. Ella apretó los dientes, el bastardo podía hacer reaccionar su cuerpo con una simple sonrisa. Dió unos pasos hacia adentro y Hinata se dió cuenta que el olor extraño provenía de él. No era desagradable, en todo caso, a ella le gustaba tanto que su hubiera sido posible se habría lanzado contra él para sentirlo más cerca.
—No, señorita Hinata—, él se movió hasta acercarse a dónde estaba la chimenea—. No tuvimos sexo..
Hinata frunció el ceño, observando su espalda, a ella le pareció escuchar un "aún", pero agitó la cabeza. Probablemente era su inconsciente jugando con ella. Ella se mordió el labio, viendo su trasero y su centro reaccionó también. Suspiró mientras desviaba la mirada, ella tenía que controlarse mejor.
Cuando volvió a verlo, Naruto se había dado la vuelta y caminaba hacia ella con pasos lentos. Lo miró extrañada, porque parecía algo cuidadoso, como si ella fuera un animal salvaje que podría atacarlo en cualquier momento. La taza de café ya no estaba en sus manos, probablemente la había dejado sobre la repisa de la chimenea.
—¿Por qué me miras así?— murmuró ella, sintiendo que su piel hormiguea más. Apretó los dedos en la sábana sobre sus pechos pesados y algo deseosos por la boca del hombre.
Sus mejillas se sintieron algo calientes mientras veía a Naruto detenerse a unos pasos de ella.
—¿Recuerdas algo?— le murmuró él a su vez.
Ella apretó sus muslos, no sabía que mierda pasaba, pero estaba tan mojada que sentía que sus fluidos llegaban a sus muslos. El olor de Naruto la rodeó, no sabía cómo describirlo, como olor a bosque en primavera, mezclado con una esencia exquisita que hizo palpitar su clítoris. Ella se mordió el labio, Naruto siempre la había excitado, pero nunca a ese punto. Sólo tuvo unos destellos de recuerdos de cuando ellos habían tenido sexo y no pudo evitar bajar la mirada a sus pantalones chantal.
Él también estaba excitado, podía ver el gran bulto en sus pantalones. Se removió en la cama inconscientemente, necesitando un poco de fricción en su centro. Sintió sus músculos crisparse y un extraño sonido salió de su garganta. Ella abrió grandes los ojos y subió su rostro para ver el rostro de Naruto, asustada de haber hecho ese extraño sonido en voz alta.
Su respiración se cortó al ver el hambre en los ojos del hombre parado frente a ella. El rostro de él tenía la expresión casi de enfado, pero algo le decía que no estaba enojado, ella fue bajando la mirada, sin poder evitarlo. Notando como el cuello se mantenía erguido y tenso, siguió bajando por su tórax y brazos. Él tenía los puños cerrados, la suficiente fuerza para que sus venas se remarcaran allí y en sus brazos.
Estaba tan concentrada, examinando su cuerpo sin pudor, que la tomó desprevenida que Naruto se moviera a ella. En un momento estaba parado cerca del sofá cama, en el siguiente la había lanzado de espaldas al colchón y se sernia sobre ella.
Un pequeño gemido brotó de su boca e instintivamente movió su rostro, exponiendo su cuello a él. No sabía porqué lo hacía, pero su cuerpo lo hizo sin su consentimiento. Al darse cuenta de ello, volvió el rostro y miró al de Naruto. Ella frunció el ceño al ver su expresión, sin poder leerlo realmente. Parecía adolorido.
Ella intentó calmarse, tomando un profunda respiración. Eso fue un error. Como Naruto estaba tan cerca de ella, Hinata prácticamente pudo saborear su aroma en su boca. Sus papilas gustativas se volvieron locas, y su boca se llenó de saliva.
— Delicioso—, murmuró con voz ronca.
Apoyó sus manos en los hombros de Naruto y lo hizo girar en la cama, quedando ella arriba y atacó su boca. Sin poder detenerse.
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