Capítulo 15

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🌙  Aullidos de Amor 🌙

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Capítulo 15

Naruto se movió con rapidez, prendió el transformador y puso el agua para el café mientras el fuego se avivaba. Aprovechó que Hinata seguía en el baño para seguir el extraño olor que había sentido apenas entró en la casa.

Subió de dos en dos los escalones de la escalera, sacó la llave de repuesto del segundo piso y abrió la puerta. Arrugó la nariz al sentir el olor nauseabundo a sangre y animal muerto. Esa parte de la casa sólo habían arreglado el techo, ya que se mantenía cerrada hasta que empezaran en los próximos días.

Dió un paso adentro del largo pasillo y se agachó al ver una enorme huella de barro. Paso sus dedos y lo llevó a la nariz, aunque no necesitaba hacerlo. La tierra era del terreno al rededor de la cabaña, también pudo sentir el agua del río cercano. Esperó poder recoger el olor del cambia forma, pero frunció el ceño al no reconocerlo. Siguió las huellas hacia la habitación más lejana del pasillo y entró al lugar. Su ceño sólo se frunció más al ver que la ventana no estaba rota y parecía no haber sufrido ningún daño.

Naruto se detuvo frente al vidrio y vió la parte trasera de la cabaña, el largó patio y el bosque lindero. Abrió la ventana y ni siquiera registró el frío mientras miraba hacia abajo, notando tablones viejos y cosas inservibles apiladas pegados a la pared. Su ceño siguió fruncido cuando él viento sopló, los copos suaves de nieve golpearon sobre su rostro, pero levantó rápidamente el rostro al registrar un leve olor.

Olfateó, abriendo sus fosas nasales y gruñó desde lo más profundo de su pecho.

— Neji...

Sus manos se apretaron en el filo de la ventana, pero gracias a sus sentidos más desarrollados escuchó la puerta del baño siendo abierta. Cerró la ventana y le dió una mirada más al bosque antes de marcharse por el pasillo hacia el piso donde escuchó a Hinata llamarle.

Se detuvo de golpe al ver la puerta del pasillo y volvió a gruñir agarrando un trapo viejo y limpiando el barro que manchaba la madera.

— Maldito loco de mierda...— gruñó bajo mientras tiraba el trapo.

Sintió su lobo gruñir desde lo más profundo de su interior. Un macho no sólo se había metido al terreno que él había marcado. También había entrado a la casa, la casa donde Hinata estaba durmiendo. Agradeció que ella pareciera tener el sueño profundo, si ella llegaba a llamarlo y encontraba otro macho en su terreno, él sabía a ciencia cierta que su lobo lo mataría.

Él no quería lastimar a Neji, lo conocía. Era un hombre solitario, un lobo apartado y melancólico. Había un rumor que decía que había perdido a su compañera y se había vuelto ermitaño y huraño. Nunca habían hablado, Neji se mantenía en su forma animal, desde hace décadas, pero lo había cruzado unas pocas veces que había corrido por el bosque. Aunque jamás tan cerca del terreno del viejo Otsusuki.

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