Capitulo 33

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🌙 Aullidos de Amor 🌙

Hinata se despertó sobresaltada por los fuertes golpes en la puerta de su casa. Se incorporó, el placentero sueño volando lejos de ella cuando notó que Naruto gruñía a su lado al sentarse en la cama.

-¿Qué sucede?- preguntó con la voz arrastrada por el cansancio.

Naruto no había mentido cuando le había dicho que la follaría duro, ella sentía que sus piernas eran inservibles, pero no sentía ningún dolor. Subió las sábanas para cubrirse los pechos mientras Naruto agitaba la cabeza, como si quisiera sacarse la espesa neblina del sueño. Ella aún no sabía qué día era, ni mucho menos la hora, pero ese pensamiento se escapó de ella cuando miro la ancha espalda de Naruto mientras él se sentaba mirando hacia la puerta.

Su boca cayó abierta mientras veía las marcas largas y serpentiantes, con un poco de sangre bordo seca. Cerró su boca y tragó saliva, sabía que ella había provocado esas marcas, pero no podía creer que él no se quejara por eso.

Los golpes en la puerta, duros e incansables, le sacaron de esos pensamientos. Apretó la sábana en su cuerpo mientras Naruto se levantaba y caminaba hacia la puerta, ella apreció la vista pero gruñó cuando la mano de él se apoyó en el picaporte. Eso hizo que Naruto se detuviera en seco y la mirara por arriba de hombro, con una ceja alzada.

Ella mostró los dientes, con obvio disgusto.

-¿Planeas abrir la puerta así?- gruñó casi toda la frase, era un poco extraño y sus brazos reventaron en piel de gallina por la vibración.

Naruto frunció el ceño y bajó la mirada.

-¿Qué tiene?- preguntó con obvia sorpresa.

Ella odio darse cuenta que para él parecía normal andar como Dios lo había traído al mundo, y se movió antes de darse cuenta que lo hacía. Saltó de la cama, totalmente desnuda y apoyó su mano en ancha cadera.

Naruto frunció todo su cara y gruñó.

- Cúbrete-, gruñó mientras los golpes volvían desde la puerta.

Hinata alzó una ceja y sonrió de lado al darse cuenta que él parecía tener el mismo problema que ella hace sólo unos segundos.

- Hinata -, gruñó con obvia amenaza -. Vuelve a la cama y cúbrete.

Ella apretó los labios y agitó su cabeza con una negativa, manteniéndose firme aunque su cuerpo tembló con su tono duro y demandante. Naruto se alejó un paso de la puerta y la miró fijamente, él bajó el rostro, con la mirada fija en ella. Su estómago se apretó por la forma en que la miraba, parecía un depredador que había encontrado una presa suculenta e indefensa. Apesar de eso, Hinata levantó la barbilla con insolencia.

- No necesito cubrirme, si tu no lo haces.

Naruto, que se había estado acercando con pasos lentos y medidos, se detuvo y la miró ceñudo. Él abrió la boca para decir algo, pero fue interrumpido por un par de golpes más en la puerta. Gruñó mientras daba una mirada a la puerta cerrada, para luego volver a mirar hacia ella.

-Hinata, no estamos para juegos. Cúbrete de una vez.

- No lo haré, si no lo haces-, dijo testaruda mientras cruzaba sus brazos bajo sus pechos.

Los ojos enojados de Naruto bajaron rápidamente a los picos que eran sus pezones en ese momento y gruñó desde su garganta. El calor se esparció por sus ojos claros, pero él agitó la cabeza, para luego volver a su rostro. Se quedó mirándola unos segundos, pero lo que sea que estaba pensando se le olvidó cuando volvieron a golpear la puerta.

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