Capitulo 27

820 123 27
                                    

🌙 Aullidos de Amor 🌙

🌙 Aullidos de Amor 🌙

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capitulo 27

Naruto tomó el trapo húmedo de la frente de Hinata y volvió a sumergirlo en el agua fría. Sus dedos estaban entumecidos mientras apretaba la tela, escurriendo el agua con hielo, para volver a ponerlo en la frente de ella.

Cerca del amanecer, Kakashi lo convenció de mover a Hinata a la cabaña. Ella ya no estaba en peligro de muerte, pero la lucha interior a veces se mostraba cuando su cuerpo tenía una convulsión. Sólo el macho mayor lo acompañaba, él no tenía idea por qué sus machos habían llegado al terreno de la pelea, se preocuparía por ello una vez que Hinata estuviera fuera de peligro. No podía concentrarse lo suficiente para entender cualquier cosa que le dijeran. Los demás se habían marchado para follar cuando el calor de la pelea ya no existía. Él entendía eso, la época de celo activaba tus sentidos más primarios: La lucha y la copula. Si no podían luchar, definitivamente buscarían sexo.

Extrañamente, Naruto no sentía la necesidad. Puede que por unos minutos, mirando fijamente a Hinata, su polla se ponía dura, sin poder evitarlo. Deseaba tocarla y escuchar su voz pidiéndole que la tomara. Pero cada vez que ella temblaba por la fiebre, o su cuerpo se agitaba, el suyo se enfriaba.

A pesar de las protestas de Naruto, Kakashi había encendido la chimenea, manteniendo el lugar templado mientras la lluvia de nieve se había intensificado afuera. Naruto miró hacia la chimenea de costado, más específicamente al lobo acostado cerca del fuego.

Él tampoco podía entender por qué Neji seguía allí, su lobo gruñía cada vez que lo notaba, pero él no quería pelear con él. Neji había llegado antes que él al terreno donde Hinata había sido atacada. La había defendido con tal ahínco, que había matado dos machos antes de que él llegará. Estaba seguro que si el lobo no hubiera llegado en ese momento, no tendría a Hinata en el sofá cama, temblando por la fiebre.

Preferiría eso a la otra alternativa, mil veces.

Sus ojos volvieron a Hinata cuando ella se movió, su cabeza de un lado a otro logró que la tela se cayera de su frente. Naruto tomo el trapo, notando lo caliente que se había puesto por estar unos minutos en contacto con la piel de Hinata. Volvió a sumergirlo en el agua fría, haciendo todo ese ritual para volver a dejarlo allí. Estaba por alejar la mano, cuando el brazo de Hinata se alzó y cerró sus finos dedos en su muñeca.

Su boca se abrió, asombrado, y miró hacia los ojos abierto de par en par de la hembra.

— Hinata..— murmuró asombrado y un poco aliviado.

El sentimiento no duró mucho ya que no vió el reconociendo en sus ojos de luna, en todo caso vió mucho enojo. Se quedó completamente en shock cuando ella descubrió los colmillos, mostrando los caninos que apenas habían reventando con un poco de sangre de sus encías, y le gruñó profundamente. Ella tenía más fuerza, mucha más fuerza, porque apretó sus dedos en su muñeca dolorosamente y con un movimiento suave lo lanzó contra la puerta de entrada.

Naruto gruñó cuando impactó contra la puerta de madera sólida, pero rápidamente se puso de pie. Miró hacia el sofá y Hinata estaba en cuclillas sobre él, su postura defensiva mientras miraba a Naruto y a Neji, que se había parado en sus cuatro patas por el ruido. Sus ojos, estaban afilados sobre los dos machos, y se movía lentamente hacia atrás, sin separar la mirada de ellos.

Él supo que ella estaba nerviosa, podía oler su recelo. Levantó las manos, con movimientos lentos, no quería alterarla más.

—Hinata, por favor...—, murmuró dando un paso lento hacia su dirección.

Ella fijó su mirada en él y gruñó de nuevo, la sangre de sus encías bajaba por su barbilla mientras su cabello estaba desordenado y su mirada mezclada entre el terror y el odio.

— Tranquila..— le susurró mientras volvía a su posición.

La tensión dejó un poco el cuerpo de Hinata, pero no duró nada cuando ella inhaló por su nariz. Su rostro giró hacia la puerta de cocina e hizo un ruido intimidante mientras saltaba del sofá y corría velozmente hacia las escaleras que llevaban al segundo piso. Naruto no había notado a Kakashi allí, pero no pudo ni mover un músculo antes de que Hinata se pusiera en cuatro patas al lado de las escaleras.

Naruto se giró suavemente, para mantenerla frente a su cuerpo. Ella mantenía el gruñido profundo, mientras ahora miraba a los tres machos. El odio había dado lugar al temor.

— Kakashi, vete —, ordenó Naruto, sin apartar los ojos de Hinata.

Ella apretó su espalda contra la pared, él notó que sus garras también habían crecido. La sangre goteaba de sus dedos al suelo de madera, sus filosas uñas rasparon la oscura madera dejando betas más claras.

— Naruto, no podrás razonar con ella en este momento —. Habló suavemente Kakashi —. Hay que encerrarla en un lugar donde no pueda hacerse daño. Debe terminar su conversión.

Naruto gruñó, un sonido aterrador que usaba para aclarar que no cambiaría de opinión. Notó de reojo que Kakashi bajaba la cabeza y volvía a adentrarse a la cocina, dejando que la puerta se cerrará. Volvió su mirada a Hinata, ella mantenía los ojos sobre él.

— Tu también, Neji —, ordenó Naruto, tenso.

Espero que el lobo no le hiciera caso, después de todo él era solitario y no estaba bajo ninguna manada. Se sorprendió un poco cuando el enorme lobo se movió lentamente hacia la cocina sin hacer ningún ruido.

Naruto se mantuvo con la mirada sobre Hinata, mientras ella observaba como Neji salía. Una vez que el lobo cruzó la puerta de la cocina, volvió sus ojos a él. Naruto mantuvo sus brazos en alto, sus manos abiertas y dió un leve paso hacia su dirección. Hinata se tensó, sus uñas hicieron un chirrido mientras más se clavaban en la madera.

— Tranquila, Luna. Estás a salvo ahora—, le murmuró con una suave sonrisa.

Ella gruñó, y luego inhaló fuerte, su mirada algo confusa ahora. Naruto notó que su nariz comenzaba a aplanarse, pelo brotando de lugares donde no tendría que haber. Hinata hizo una mueca de fuerte dolor, mientras que un gemido brotaba de ella. Su cuerpo se encorvó hacia adelante, él se mantuvo quieto mientras observaba y escuchaba sus huesos romperse y acomodarse para tomar su nueva forma.

Naruto sintió a su lobo cerca, él quería salir y lo dejó tomar el control. Una vez que Hinata estuviera en su otra forma, su lado humano ya no podría controlarla. Su transformación fue más rápida, por la costumbre, él ya estaba en cuatro patas mirando como poco a poco el cuerpo de Hinata tomaba forma de lobo.

Observó sentado en sus cuartos traseros, fascinado, como ella se alzaba en cuatro patas temblorosas. Era preciosa, en ambas formas. Su pelaje era gris, casi blanco, mientras tenía una franja negra que cubría desde entre sus orejas, pasando por su lomo, y terminaba en su larga cola.

Ella levantó su cabeza, mostrando ojos grises, dos posos iguales a la luna llena.

Su lobo le gruñó, no era amenazante, era más un llamado, luego le gimió suavemente.

Hinata tiró su cabeza hacia atrás y aulló.

Hinata tiró su cabeza hacia atrás y aulló

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Continuará...

Aullidos de Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora