Tentación

194 20 4
                                    

"¡Ouch! ¡Mierda! ¡Carajo! ¡Ah, ah...!". Kaji jadeaba y gemía, con la cabeza apoyada sobre la mesa junto a su torso y brazos, con los dedos clavados a los bordes de la mesa de madera, con los dedos, el cuello y los hombros rojos al igual que las mejillas. Además de tener los pantalones y la ropa interior bajados hasta los tobillos, también tenía la camisa y la bata abiertos y corridas hacia arriba, dejando ver parte de su espalda, sus hombros y sus antebrazos desnudos y cubiertos de sudor. "¡Ah, ah, ah! ¡Ouch! ¡Mierda! ¡Despacio!". Gritó, pegando el rostro contra la mesa, tratando de ahogar sus propios gritos, rojo como un tomate, hincando aún más las uñas contra la madera, sintiendo la dura penetración con cada sacudida, el miembro de aquella ruda alfa lo quemaba por dentro, era caliente y grande, pero además del dolor le hacía sentir un placer infinito, excitando su próstata, volviéndolo loco de placer.

"¿Qué pasa? ¿Te duele?". Se burló Michiko mientras seguía bombeándolo sin piedad, sujetándolo firmemente por las caderas, sometiéndolo una y otra vez. Ella se había bajado sus propios pantalones y ropa interior, dejando libre su miembro de alfa para que hiciera de Kaji su juguete sexual.

Tenía a Kaji inclinado sobre el escritorio, con todas las cosas desparramadas por el suelo, semidesnudo, con su trasero todo sudado, enrojecido y lleno de semen de alfa. Era exquisito, realmente era exquisito someter a ese hombre cabeza dura. Someter su carácter no tenía comparación y también ver cómo se entregaba a ella, a su rareza, dejándose dominar a pesar de ser tan orgulloso.

"¡Dios! ¡Pero qué estrecho eres! ¡Me estás dando tanto placer!". Sonrió, sádica, golpeando su cuerpo ininterrumpidamente, clavándole las uñas a la carne mientras manipulaba sus caderas para moverse contra las de ella, y a Kaji le encantaba que ella manipulara su cuerpo a su antojo.

"¡Aaaaaaaaaaaah...!". Gritó con un grito ahogado, cerrando los puños sobre el escritorio, can la cabeza de lado, cerrando los ojos con fuerza, haciendo saltar las lágrimas, soportando el dolor y disfrutando el placer. Le pertenecía a ella, se entregaba a ella, de cuerpo y alma, aunque ella no lo recordara, aunque aún no sintiera más que desprecio hacia él. Kaji esperaría, esperaría ha que ella lo recordara, tarde o temprano lo haría.

Michiko lo tomo fuertemente del cabello y lo levantó, obligándolo a afirmarse con las palmas de las manos sobre el escritorio, alzando la cabeza y el trasero, gritando con cada penetración, jadeando de placer y de dolor.

Todo aquello duró casi una hora, y mientras ella se arreglaba la ropa, Kaji estaba limpiando y ordenando todo antes de irse.

"¿Quieres que te lleve a casa?". Le preguntó, mientras aseaba.

"No. Tomaré un taxi". Terminó de ponerse el abrigo y tomó su bolso.

"¡Aaaaaaaaaaaaaaaaiiiiisssssssssh! ¡Demonio! ¡Por lo menos deja que te lleve! ¡Es peligroso andar sola por ahí a esta hora!". Se quejó.

"¡Te dije que nooooooooo! ¡No es no, tontoooooo!". Caminó hacia la puerta con paso altanero, sin siquiera mirarlo. "¿Cómo crees que voy a ir contigo después de lo que me haces hacerte? Me das asco, Hideki Kaji".

Y se fue, dejándolo muy molesto.

"Mierda. Esta mujer si que es difícil...". Fue hasta su propio escritorio, se puso el abrigo y tomó su maletín de mala gana. "Maldita perra egoísta, bien nomás que disfrutas someterme".

Y así, los días pasaron, Michiko y Kaji mantenían una doble vida juntos, una como compañeros de trabajo y la otra como amantes, y nadie sospechaba nada, se peleaban tanto que nadie iba a imaginar que aquellos rivales también eran amantes, que eran una pareja muy especial, una alfa y un omega, una seme y un uke. Y Michiko seguía sin recordar y Kaji seguía esperando pero divirtiéndose a la misma vez, porque le encantaba seducir a Michiko y hacerle perder el dominio de si misma.

DOCTORA XXX MICHIKO DAIMON. MI RIVAL, MI OMEGA, MI AMANTE... OTRA VEZ (Doctor-X)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora